Obispo de Copiapó preside celebración de un año del accidente en la mina San José
Presidida por el Obispo diocesano, Monseñor Gaspar Quintana cmf., junto a sacerdotes, pastores evangélicos y con la presencia del Presidente de la República, ministros de Estado, y autoridades regionales y locales, se realizó este viernes 5 de agosto el Acto de Acción de Gracias para conmemorar un año del accidente en la mina San José, en Copiapó. Fueron los mismos mineros quienes trasladaron la imagen de la Virgen de La Candelaria desde el interior del templo hasta el altar de piedra del Santuario.
La celebración comenzó con las emocionadas palabras de quien fuera el jefe del turno que se quedó atrapado por 70 días bajo tierra. Luis Urzúa. Él agradeció la labor de todos los que participaron en la búsqueda y rescate de los mineros, mencionando especialmente el liderazgo del Presidente Sebastián Piñera, y la experticia del equipo de rescate que finalmente pudo devolverlos a la superficie, sanos y salvos. También destacó el papel fundamental de la fe en Dios, sobre todo los primeros 17 días, cuando aún no eran ubicados por las sondas.
Luego algunos hijos de los mineros trasladaron una bandera como signo de la fuerza y la esperanza de todo un país que volvió sus ojos hacia la mina San José y el campamento Esperanza.
“La gran movilización solidaria aquí en Atacama, en Chile entero y en el mundo, por lograr exitosamente su rescate, ha sido una gran lección para todos”
Así lo señaló el Obispo de Copiapó, Monseñor Gaspar Quintana cmf., al comentar el evangelio de Mateo.“Él nos invita a superar con su fuerza las humanas limitaciones o riesgos que tenemos como criaturas en el trámite de cada día”- señaló, y destacó los factores que influyeron en la espera “tensa pero confiada”, de que los 33 mineros estaban vivos. “Tanta gente orando con gran fe y confianza en el poder misericordioso de Dios, -dijo el Obispo,- la fuerza que todos recibimos de la Palabra del Señor y de la celebración de la Eucaristía, de la oración perseverante con hermanos de distintos credos, los gestos de consuelo y cercanía de unos con otros, el servicio de los voluntarios que sostuvieron y animaron el campamento Esperanza”.
Don Gaspar agradeció a Dios “por lo que en un momento pareció imposible”, como fue el rescate de los mineros. Y al mismo tiempo, invitó a preguntarse “¿qué hemos aprendido como país de tanta angustia, incertidumbre y de tan larga espera?... ¿qué tareas quedan pendientes para el alma de Chile?” el Obispo señaló tres consideraciones: la fragilidad de la vida; el derecho a la dignidad y seguridad en el trabajo; y la propuesta de Jesús de hacer de la sociedad “una gran familia”.
El Pastor relevó las virtudes mostradas por todo el pueblo chileno, como la solidaridad, la esperanza, el trabajo en equipo, la ayuda desinteresada y voluntaria, y llamó a cultivarlas y ponerlas en práctica no sólo en momentos de catástrofes, sino en la vida cotidiana.
Concluyó pidiendo a María Candelaria que “nos ayude a realizar en nuestra vida familiar y nacional, la misma tarea de Jesús, anunciando la buena noticia del Reino para que Chile sea de verdad “una mesa para todos” y agradeciendo la intercesión de San Lorenzo, patrono de los mineros, cuya imagen también estuvo en el campamento Esperanza.
Fuente: Comunicaciones Copiapó