A juicio de Lorenzo Figueroa, Director de la Pastoral Social Caritas, la desigualdad se debe a que los mecanismos de integración social no cumplen su rol: “el sistema educativo chileno, lejos de contribuir a la inclusión, hoy más bien tiende a segmentar y a perpetuar las diferencias sociales”.
Por otra parte, afirma que el trabajo en Chile es frágil y precario. “Son muchas las personas que teniendo trabajo son pobres”, por la mala calidad del trabajo, las bajas remuneraciones y falta de seguridad social, además de la “débil organización de los propios trabajadores y a las características de la ley, que no estimula la
organización sindical”.
Lorenzo Figueroa considera que hay una “falta de consenso y voluntad política para introducir cambios significativos en el armado legal e institucional actual. Por ejemplo, en lo que respecta al sistema tributario y la ley laboral. Ello en un marco de un Estado disminuido, que ha enfatizado programas de protección social, más que políticas públicas con perspectiva de derechos, renunciando a un rol más activo en la construcción del bien común”.
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Fuente: Comunicaciones Pastoral Social Caritas