CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 2 mayo 2005 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI pidió este domingo condiciones dignas de trabajo, en particular para los jóvenes, en el primer saludo dominical que dirigió desde su nueva residencia con motivo de la oración mariana del «Regina Caeli».
Dirigiéndose a unos 50.000 peregrinos que llenaban la plaza de San Pedro del Vaticano, el Santo Padre recordó que en ese día la Iglesia recordaba la memoria litúrgica de san José Obrero, instituida hace cincuenta años por el Papa Pío XII, «para subrayar a la importancia del trabajo y la presencia de Cristo y de la Iglesia en el mundo obrero».
«Deseo que no falte trabajo, especialmente a los jóvenes, y que las condiciones laborales sean cada vez más respetuosas de la dignidad de la persona humana», afirmó el nuevo obispo de Roma.
Su mensaje estaba inspirado en el «Evangelio del trabajo» del que en muchas ocasiones habló Juan Pablo II y cuyos principios plasmó en la encíclica «Laborem exercens».
El pontífice saludó «con cariño» a todos los trabajadores, en particular, a los peregrinos de las Asociaciones Cristianas de Trabajadores Italianos (ACLI), que se habían congregado en el Vaticano con esa ocasión y que celebraban sus 60 años de vida.
«Les deseo que sigan viviendo la opción de la "fraternidad cristiana" como valor que hay que encarnar en el campo del trabajo y de la vida social para que la solidaridad, la justicia y la paz sean pilares sobre los que se construya la unidad de la familia humana».
El Papa Joseph Ratzinger no escondió la emoción que le procuraba el saludar «por primera vez desde esta ventana, que hizo familiar a innumerables personas de todo el mundo la querida figura de mi predecesor».
«Domingo tras domingo, Juan Pablo II, fiel a una cita convertida en una costumbre entrañable, ha acompañado durante más de un cuarto de siglo la historia de la Iglesia y del mundo y nosotros seguimos sintiéndole más cercano que nunca», recordó.
«Mi primer sentimiento --confesó-- vuelve a ser de gratitud a quienes me han apoyado en estos días con la oración y a quienes desde todas las partes del mundo me han enviado mensajes y felicitaciones».
El sucesor del apóstol Pedro se había instalado en el apartamento de su predecesor, en la tercera planta del Palacio Apostólico, el sábado anterior. Desde su elección, había vivido en la Casa de Santa Marta, la residencia en la que se habían alojado los cardenales electores durante el cónclave.
La oración del «Regina Caeli» sustituye en el período litúrgico de Pascua al «Angelus».
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