Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil: "Prestar oído atento a voces de nuestros pueblos"
Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil: "Prestar oído atento a voces de nuestros pueblos"

Con el compromiso de prestar "oído atento a las voces de nuestros pueblos y comunidades" y reasumir el llamado del Papa Juan XXIII que convocó al Concilio Vaticano II a abrir las puertas y ventanas para que la Iglesia "no condenara a nadie y que fuera misericordiosa", más de 200 participantes culminaron este viernes cuatro días de reflexión y debates en las Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil.

El Papa Juan XXIII "quería que esta Iglesia no condenara a nadie, que fuese misericordiosa y que no tuviera miedo de enfrentar los desafíos del mundo moderno. Hoy queremos retomar esa herencia en tiempos en que la tentación de crisparnos sobre nuestros temores y reaccionar dando lecciones a todos y sobre todo, es muy grande", indicó la declaración final "Apostando por un presente que tenga futuro".

Las Jornadas concluyeron llamando a las comunidades de base a retomar en América Latina el "camino luminoso" marcado por el Concilio Vaticano II y luego por la Conferencia Episcopal de Medellín y "de cara a nuestros pueblos, con ellos, en ellos y para ellos, desde sus búsquedas y compromisos a partir de las llamadas que hoy surgen desde los nuevos escenarios sociopolíticos y eclesiales que nos toca vivir".

Los representantes del Cono Sur y Brasil se preguntaron por dónde pasa hoy la vigencia y actualidad del Concilio Vaticano II y abordaron en diez mesas de trabajo las "temáticas nuevas que nos interperlan desde el hoy de nuestros contextos apostando por un presente que tenga futuro".

Entre los nuevos clamores que identificaron las Jornadas mencionan "la nueva cosmología y la espiritualidad ecológica, los migrantes, el protagonismo de las mujeres y las perspectivas de justicia de género, la sabiduría y filosofías de los pueblos originarios y afrodescendientes de nuestra América en su relación con Dios y todos los nuevos rostros de exclusión que emergen desde la invisibilidad".

Las Jornadas hicieron suyo el sueño que para Chile tuvo el cardenal Raúl Silva Henríquez "en el que nadie se sienta excluido, que no existe la miseria, que cada niño y niña tenga una escuela, que cada familia pueda habitar una casa digna y en el que reine la solidaridad".

"El eco de estas palabras resuena en medio de las protestas estudiantiles, desde donde sentimos la inquietud acerca de la formación religiosa sin pretender cerrar ninguna pregunta ni darnos respuestas tranquilizadoras", indicó la declaración final.

Las Jornadas fueron sobretodo "de esperanza, de avivamiento de nuestros deseos de revitalización, de apertura y aceptación de la paciencia histórica, mientras tratamos de identificar las manifestaciones del Reino de Dios entre nosotras y nosotros".

"Buscamos compartir con quienes son privados de una vida como la que quiere Dios y que hemos tratado de evidenciar", añadió la declaración final.

El Concilio Vaticano II, la conferencia de Medellín y la reunión de Aparecida "no son nostalgia, es realidad, es presente interpelador y futuro que no quiere perder su horizonte utópico, pero que todavía necesita de nuestro esfuerzo paciente para mostrar todo lo que el Espíritu quiere hacer de ella en nuestro continente, el mundo y la realidad cósmica que nos embarga" concluyó la nota.

Los delegados de Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil, Ecuador, México y España indicaron que se encontraron en Chile "con las manifestaciones estudiantiles que cuestionan una sociedad que multiplica las inequidades, junto a comunidades cristianas que ante desafíos complejos y vivencias traumáticas, los han recibido con gran apertura y generosidad".

Las Jornadas del Cono Sur y Brasil -tal como otra realizada recientemente en Guatemala y las que se efectuarán en Ciudad de México y en Bogotá- anticipan el Congreso Teológico Continental previsto para efectuarse en Brasil en octubre de 2012.

Mons. Ezzati: "es la hora de las comunidades de base y los laicos

El arzobispo de Santiago Ricardo Ezzati, declaro a ADITAL que para la Iglesia Latinoamericana la gran esperanza son las comunidades de base y subrayó estar convencido de que hoy es la hora de los laicos.

"La iglesia de América Latina es una gran esperanza desde las comunidades eclesiales de base. Desde las diócesis contemplamos lo que la Iglesia significa en este proceso de construir el Reino de Dios, de colaborar con el espíritu en la construcción del Reino de Dios", aseveró tras clausurar las Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil efectuadas en Santiago de Chile.

El religioso sostuvo también que "es la hora de los laicos. Estoy muy convencido de eso porque tal vez dentro de los miembros del pueblo de Dios, los que más necesitan estar presentes en la vida del mundo son justamente los laicos con identidad cristiana".

"La fuerza la dan el Espíritu Santo, el bautismo y la confirmación, pero naturalmente de parte de la comunidad eclesial se requiere una atención muy especial al laicado, al hombre y a la mujer, con una formación adecuada y reconociendo el don que han recibido del espíritu para construir la única Iglesia de Cristo", afirmó.

Para el arzobispo Ezzati, el Concilio Vaticano II inició un camino de mayor conciencia de lo que significa, en primer lugar, la palabra de Dios, lo que significa ser pueblo de Dios en la comunión de vocaciones y ministerios, lo que significa la presencia de la Iglesia en el mundo y del evangelio que transforma el mundo.

El arzobispo destacó también lo que significa una oración realmente vivida desde esta conciencia de ser don de Dios.

"Creo que a lo largo de estos 50 años, a través de varias iniciativas, la iniciativa del CELAM, que es una gran bendición de Dios y sobre todo a través de la experiencia de las comunidades, se ha buscado hacer un camino que haga presente en el contexto de América Latina el mensaje salvador que Jesucristo nos trajo", subrayó.

Ezzatti destacó, asimismo, el aporte de Aparecida que, a su juicio, abrió una nueva perspectiva.

"Aparecida insiste en una idea que es del Concilio Vaticano II: que todos somos discípulos y misioneros, que tienen un componente común a todo el pueblo de Dios", finalizó.

Fuente: Jornadas Teológicas
Santiago, 16 de Julio, 2011
Galerías Fotográficas

Documentos

  Mensaje final Jornadas Teológicas del Cono Sur y Brasil

Especiales de Iglesia.cl