Es así como se llevan a cabo proyectos como Apoyo Escolar desde hace ocho años, en el cual 80 niños de escasos recursos de estas poblaciones reciben un refuerzo escolar todos los fines de semana, que entrega un equipo de apoyo encabezado por el profesor Natalio Astroza, que coordina y orienta a jóvenes del mismo sector para ayudar a los menores, entre 8 y 12 años de edad, en las diferentes materias que aprenden en la escuela. Además con la ayuda de apoderados del colegio Sagrados Corazones los pequeños también reciben una colación.
El padre Miguel señala que el sector donde está la parroquia es mayoritariamente evangélico y que de igual forma se abren a todos los niños las puertas de la comunidad católica Virgen de la Paz, insertada en la población Libertad, lo cual ha sido signo para que “desde el Apoyo Escolar hayan menores que se interesen en recibir la catequesis para el sacramento de iniciación a la vida eucarística, luego entran para prepararse a la Confirmación, lo cual es una maravilla. También está la Escuela Dominical en la que asisten 20 niños que trabajan con la tía Rosita y la tía Ana”
En la sede parroquial hay otro enfoque, ya que se trabaja con personas de pro empleo que hoy apoyan la gestión de la parroquia como lo son los infocentros de las poblaciones Gaete y Libertad, en donde prestan el servicio de Internet a la comunidad. También se realiza un taller de apresto laboral y de multicosas como el trabajo en arpillera, en el Centro Comunitario San Damián de Molokai, lugar en el que está construida la capilla Virgen de la Paz.
Otro servicio que ha sido significativo para la comunidad y ha atraído la atención de diferentes instituciones como el Hogar de Cristo, la Municipalidad de Talcahuano y algunas empresas del sector, es el albergue de invierno que “acoge a personas en situación de calle y que no tienen dónde pasar las noches de frío”, señala el padre Miguel. Para esto se ha acondicionado un lugar en la parroquia, donde las comunidades se organizan en sus diferentes grupos para preparar a alrededor de 40 personas una cena antes de dormir y un desayuno por la mañana. “Me gusta ayudar en el albergue, porque siento que aportar con un granito de arena sin esperar algo a cambio me da alegría”, es la impresión de Jeannette San Martín Zapata, quien junto a otras señoras prepara la comida que reciben estas personas al llegar al albergue cada noche.
“A pesar de ser una parroquia pobre, todas estas labores se logran, descubriendo que se cumple la Palabra de Dios, concretamente en la multiplicación de los cinco panes y dos peces”, manifiesta emocionado el padre Miguel, quien también señala que “nosotros estamos insertados en estas poblaciones donde hay realidades concretas como la drogadicción, violencia intrafamiliar, cesantía, vagancia y alcoholismo, lo que nos obliga ayudar a los hermanos; sin embargo, también hacemos presente la pastoral, fortaleciendo lo que es la pastoral orgánica, dando sacramentos y potenciando cada grupo presente en la parroquia”.
Viviendo junto a la gente
Desde 1975 que Las Hermanitas de Jesús de Carlos de Foucauld, viven en una sencilla casa junto a la comunidad de la población Libertad. Dejando huella varias religiosas que aún se les recuerda con mucho cariño. Hoy las hermanas Luigina de Jesús, Flor de Jesús, Nelly de Jesús y la Hermana Provincial Donata de Jesús dan testimonio de fe en medio de una realidad que las acerca más a Jesucristo.
La hermana Nelly, una religiosa argentina que llegó a la Arquidiócesis de Concepción después del terremoto del año pasado manifiesta que la misión de esta pequeña comunidad tiene directa relación con el carisma de la congregación que es “contemplar la vida de Jesús en Nazareth, donde creció como uno más siendo solidario con sus vecinos, la manera de vivir que tuvo Él fue acercándose a la gente mal mirada y no considerara para anunciarles la Buena Noticia de que ellos son los preferidos de Dios, manifestándoles su infinito amor”.
Estas religiosas se insertan en la población en todo ámbito, es así que cuando llegan a un sector buscan trabajo como es el caso de hermanas que han trabajado como asesoras del hogar, empleadas en pesqueras, en un centro de salud mental o una biblioteca, igual que sus vecinas, donde pueden experimentar la solidaridad que se vive en los sectores de estrato social bajo. “Hemos visto lo luchadoras que son las mujeres por lograr salir adelante, son muy organizadas, donde las hermanitas también han estado presente”, señala la religiosa.
“En medio de la marginación que se vive en este sector la gente necesita que se les diga que Dios los ama y eso uno puede decirlo con cariño y respeto, sin imponer nuestra fe”, manifiesta la hermana Nelly que junto a las demás religiosas comparten con sus vecinos que las invitan a sus casas, a algún cumpleaños o las visitan con el anhelo de recibir una palabra de apoyo, de consejo o a veces simplemente para ser escuchados.
Fuente: Comunicaciones Concepción