Beato Juan Pablo II, un maestro de la fe
Beato Juan Pablo II, un maestro de la fe

Con una multitudinaria y emotiva eucaristía, Iglesia de Santiago celebró la beatificación de Juan Pablo II. “Ha sido un día de gozo y esperanza”, dijo Monseñor Ricardo Ezzati.

Mensajero de la Vida... Peregrino de la Paz, el himno de la visita del Papa Juan Pablo II a Chile en 1987, volvió a sonar con fuerza y entusiasmo en la Catedral Metropolitana, en la tarde de este domingo 1 de mayo, durante la Misa de Acción Gracias que se celebró con motivo de la beatificación del Santo Padre, la que tuvo lugar en la Plaza de San Pedro, en Roma, y que fue presidida por el Papa Benedicto XVI.

A la eucaristía, en la Catedral de Santiago, llegaron cientos de fieles que repletaron el templo y que de esta manera quisieron adherirse a la alegría y al gozo que para la Iglesia significa tener un nuevo beato.

La misa fue presidida por Monseñor Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, y concelebrada por el Arzobispo electo de Concepción, monseñor Fernando Chomali; los obispos auxiliares de Santiago, Monseñor Andrés Arteaga y Monseñor Cristián Contreras Villarroel; además de vicarios episcopales y numerosos sacerdotes.

Entre los asistentes se encontraban el Ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet; el embajador de Polonia en Chile, parlamentarios, entre otras autoridades. Lllamó la atención la numerosa presencia de polacos y delegaciones de parroquias y capillas.

La fe en Jesucristo resucitado

En su homilía, Monseñor Ezzati reflexionó sobre las lecturas bíblicas de este domingo, a la luz de la vida y de las enseñanzas de Juan Pablo II. "Juan Pablo II a lo largo de su ministerio nos ha invitado constantemente a vivir de fe, a no tener miedo a abrir de par en par las puertas a Nuestro Señor Jesucristo (…) Juan Pablo II nos llamó a abrir de par en par las puertas a Jesucristo porque Él y solamente Él es el redentor del mundo, es la esperanza que no engaña, el fututo de la humanidad. El Papa a través de su ministerio nos ha enseñado a acercarnos a Jesucristo resucitado, a tener fe, a ser hombres y mujeres que no tienen miedo de remar mar a dentro, de enfrentar el mar borrascoso de este tiempo”, dijo Monseñor Ezzati.

Por otra parte, el Arzobispo de Santiago dijo que nuestra fe debe manifestarse en solidaridad con los más necesitados y así lo había entendido Juan Pablo II. “Juan Pablo II vivió lo que muchos jóvenes viven actualmente, fue estudiante y trabajador. Se ganó el pan de cada día con el sudor de su frente. A lo largo de su ministerio episcopal en Polonia, en Cracovia, siempre estuvo al lado de los trabajadores, manifestando esa cercanía de una manera muy especial con el sindicato Solidaridad que en su patria se levantaba como un grito de justicia y participación (…) Y aquí en Chile el Papa también levantó su voz para defender a los pobres y a los trabajadores. Sus palabras mundialmente conocidas, como los pobres no pueden esperar más y en su mensaje al mundo del trabajo, en Concepción, constituyen también una carta magna en el campo de la justicia social y del trabajo. Nuestra solidaridad es signo de nuestra fraternidad. La solidaridad, la comunión, brota de Cristo Resucitado”.

“Quisiéramos agradecer esta tarde este mensaje de solidaridad, de ser una comunidad unida, una comunidad que vela por el hermano, una comunidad que vela por cada ser humano.”, señaló Monseñor Ezzati.

Más adelante, el Arzobispo de Santiago señaló: “El Papa Juan Pablo II nos ha invitado remar mar adentro y nos ha dejado como tarea una nueva evangelización, sabiendo que no es fácil en el mundo de hoy anunciar a Cristo resucitado y anunciarlo incluso a partir de nuestra fragilidad. Nuestra Iglesia, queridos hermanos y hermanas, también está llamada a anunciar el Evangelio del Señor con la frente en alto, con la fuerza del espíritu, con aquella capacidad de ser testigo del Señor que no viene de nuestra debilidad sino que viene del hecho de que Jesucristo es el Señor que ha vencido la muerte y el pecado. No nos predicamos a nosotros mismos, predicamos a Jesucristo, a Jesucristo que ha vencido la muerte y ha vencido al pecado, el que renueva todas las cosas, el que nos indica el camino de la verdadera liberación, en el camino hacia el Padre”.

Un día de gozo y alegría

El término de la eucaristía fue realmente emotivo. Mientras el coro cantaba Mensajero de la Vida, el himno de la visita del Papa a Chile, los cientos de fieles sacaron sus pañuelos e imágenes del Santo Padre para acompañar el canto, el que culminó con un cerrado aplauso de los asistentes, muchos de los cuales recordaban con gratitud aquellos días de abril de 1987.

Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 01 de Mayo, 2011
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