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El Arzobispo de Santiago se unió a la cabalgata religiosa –que se había iniciado a las 07:00 horas- en la capilla San Antonio, de esa última parroquia, y acompañado de los párrocos Sergio della Maggiore y Andrés Gómez distribuyó la comunión a los enfermos, primero en las misma capilla y luego en diversas casas del sector.

Miles de fieles y personas venidas de otras partes se instalaron en las calles y caminos por donde pasó la cabalgata en su largo recorrido por sectores rurales y urbanos de Colina, mientras las casas y especialmente aquellas donde enfermos recibieron la comunión, estaban adornadas con guirnaldas de flores y papel de color. Colina es la única comuna donde el Cuasimodo lo corren sólo jinetes, fieles al origen de esta fiesta, a diferencia de otras parroquias, donde se incorporan ciclistas, automovilistas y carretelas, vehículos todos adornados con llamativos y coloridos motivos religiosos.

Una fe que es urgente para el alma de nuestra sociedad

En la capilla Reina Sur, de la parroquia Inmaculada Concepción, monseñor Ezzati impartió la bendición con el Santísimo y felicitó y agradeció la organización y participación de los cuasimodistas en esta fiesta y destacó “la fe de todas las familias. ¡Qué ejemplo de fe le están dando a todo Chile, a todos los cristianos, y sobre todo a aquellos que se siente débiles y frágiles en su fe!”, dijo el pastor de Santiago.

Recordando la visita del beato Juan Pablo II a Chile, expresó: “No tengáis miedo, ábranle de par en par las puertas a Jesucristo, no tengan miedo de mirarlo a él, modelo de vida, un ejemplo de solidaridad”, en quién descubrirán “al Hijo de Dios, al Señor de la esperanza y del amor”. Agregó monseñor Ricardo Ezzati que “Cristo, el Señor, es la esperanza de la Iglesia, la esperanza del pueblo de Chile. Solamente si construimos nuestra vida con él podemos soñar y esperar un mundo de paz y de fraternidad”.

Dirigiéndose a los cuasimodistas, los invitó a que “sigan ofreciendo a nuestro país este testimonio de fe. Sepan que su esfuerzo es muy fecundo, no solamente para la vida de la Iglesia, sino que es muy fecundo también para la vida social de Chile, para que podamos de verdad construir una gran mesa de hermanos, donde el Señor nos reúna, nos haga reconocer la dignidad de hijos de Dios que hemos recibido”.

El Arzobispo de Santiago se mostró “muy asombrado” por el fervor del pueblo y dijo que le llamó la atención “las expresiones de fe de la gente y la participación masiva de la población”. Agregó que “esta tradición de fe nos ayuda a encontrar el alma de nuestra sociedad, un alma que necesitamos con recuperar con urgencia para que nuestro desarrollo sea de verdad humano y tenga la perspectiva más grande y bella que no da Jesús con su entrega”.

Testimonios

Juan Carlos Alegría y su novia Claudia, encargados de la capilla San Antonio, dijo que la visita del arzobispo “es una felicidad inmensa, esta visita súper importante, es reconocernos a nosotros, que empezamos muy de a poco. Ha sido una visita realmente significativa”. Olga Carrasco dijo que “todo ha sido muy bonito” y consultad por su edad, señaló que “no me acuerdo, se me olvida todo”, aunque sus conocidos nos dicen que tiene cerca de 100 años de edad.

Por su parte, Jaime Dinamarca, quien recibí la comunión de manos del monseñor Ezzati, afirmó que “esto e s muy hermoso para nosotros que estamos aquí. Es lo más lindo que tenemos”, mientras que su esposa, María Quiñones, dijo que “que es lo más lindo que alguien de arriba venga a vernos”.

Fuente DOP www.iglesiadesantiago.cl

 Masivo y colorido testimonio de fe en Cuasimodo de Colina