Encuentro regional Centro América y México DECOS CELAM
Comenzó el encuentro de los obispos responsables de comunicación, secretarios ejecutivos, responsables de prensa y referentes RIIAL de las Conferencias Episcopales de Centro América y México. El encuentro que se realiza en la ciudad de México, del 20 al 25 de marzo, en las instalaciones de las Obras Misionales Pontificias cuenta con la participación de Costa Rica, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua y Panamá.
La reunión convocada por el Departamento de Comunicación y Prensa del CELAM, en coordinación con la Comisión de comunicación de la Conferencia Episcopal de México, contará con la presencia de Monseñor Guillermo Ortíz Mondragón, responsable de la sección “comunicación digital y RIIAL” quien orientará sobre la RIIAL en el proceso de formación y comunicación de la Iglesia, nuevos lenguajes y grandes desafíos para la Iglesia y de Monseñor Piérre André Dumas, responsable de la sección “Cultura mediática”.
El objetivo de esta reunión es fortalecer los lazos de comunión eclesial, intercambiar experiencias exitosas de comunicación y diseñar conjuntamente políticas y líneas de acción estratégicas de comunicación que permitan la consolidación de un trabajo pastoral regional en el que la comunicación se pueda comprender como comunión, servicio y misión.
En el acto de apertura, el secretario ejecutivo de comunicación y prensa del CELAM, padre Carlos Arturo Quintero Gómez saludó a los participantes en nombre de los Directivos del CELAM y de los responsables del Departamento e invitó a reflexionar sobre los grandes desafíos de la comunicación para la Iglesia hoy, la necesidad de comprender la comunicación como camino hacia la comunión, pastoral de la esperanza, pedagogía del perdón y de la reconciliación y camino para construir comunidad, generando solidaridad entre los pueblos e impulsando el civismo y la responsabilidad ciudadana.
Recordó que cuando un medio de comunicación centra la atención en eventos noticiosos de impacto con sensacionalismo y exhibicionismo, se olvida de la dignidad humana y por lo mismo en vez de construir comunidad atenta contra su desarrollo, la noticia se convierte en tiranía y el trabajo del medio se desvirtúa. Por el contrario, cuando un medio de comunicación toma conciencia de su responsabilidad social, de su misión e identidad en el mundo, contribuye a la construcción de comunidad.
Este es un gran desafío para la Iglesia llamada a acompañar a los comunicadores sociales y a quienes tienen en sus manos la responsabilidad de comunicar el mensaje de la salvación. De ahí la importancia –advirtió- que los comunicadores católicos no solo deberían pensar en los profesionales del mundo de la comunicación, sino también en aquellos, que por derecho propio sin tener un título de comunicadores, ejercen su rol comunicando y anunciando la verdad. A ellos debemos llegar y recordarles que la comunicación es algo esencial y no accidental en nuestro trabajo pastoral para construir con ellos procesos de reflexión y vivir juntos experiencias de comunicación como camino hacia la comunión.
Seguidamente Monseñor Luis Artemio Flores, responsable de la comisión de comunicación de la Conferencia Episcopal de México manifestó su complacencia por la realización de este encuentro en el país de la Virgen de Guadalupe, Patrona de América y advirtió que la comunicación implica un proceso de relaciones que se orienta a la comunidad. En este sentido, expresó, “la Iglesia es comunidad y comunión, en la que Cristo es el gran comunicador. Por lo mismo, nosotros que somos sus portadores del evangelio debemos comprometernos a anunciar de palabra y con nuestra vida el mensaje de la salvación”.
Para el Padre Antonio Camacho, secretario ejecutivo de comunicación de la CEM, es “providencial estar a los pies de Nuestra Señora de Guadalupe, realizando este encuentro. Pues ella es la primera evangelizadora del continente, a ella podemos ofrecer el dolor y sufrimiento de nuestros pueblos”. Por lo tanto, es aleccionador para la Iglesia prepararse para celebrar la beatificación del Papa mariano por excelencia, Juan Pablo II, comunicador insigne y mensajero de la paz, que será el primero de mayo. De él pudimos aprender el uso de los medios de comunicación y aprovecharlos para la nueva evangelización.
Los participantes expresaron sus expectativas frente al encuentro, entre las que podemos destacar:
• Profundizar sobre los desafíos que se le plantean a la RIIAL en el continente
• Diseñar políticas de comunicación para fortalecer la pastoral de la comunicación en nuestros países
• Aprovechar el gran desafío de la era digital, sus avances e implementar acciones conjuntas hacia la nueva evangelización
• Concretar acciones concretas desde la Pastoral de la comunicación en las Conferencias Episcopales
• Conocer, entrar en el dinamismo y apoyar los procesos de la pastoral de la comunicación en la regional Centro América y México
• Aprovechar los medios de comunicación para la evangelización
• Cumplir con nuestra misión de ser comunicadores para lograr los objetivos que nos hemos trazado
• Fortalecer las comisiones de comunicación de las Conferencias Episcopales
• Constatar e instituir una red de comunicación que genere incidencia y opinión pública, pues urge una consolidación de nuestra regional
• Crear lazos de fraternidad y caminos de esperanza
En el marco de este encuentro un saludo dirigió a los participantes el Padre Guillermo Morales, director de la OMP de México, el sacerdote belga Jean Dumont, de la Congregación para la evangelización de los pueblos y Monseñor Rafael Sandoval, presidente de la dimensión de misiones quien se refirió al impacto y alcance de la comunicación en nuestra sociedad y en la Iglesia. Monseñor Rafael expresó en su saludo que “Dios es comunicación; la historia de la salvación es historia y es comunicación”. Asimismo platicó sobre la revelación del Padre, argumentando que la revelación es diálogo y se refirió a su experiencia episcopal en Taraomara, zona indígena, en donde los pueblos tienen mucho para enseñarnos. Allí se puede captar la riqueza de las culturas, donde se pueden descubrir las semillas del Verbo. El gran desafío, para el Alto prelado consiste entonces aportar desde nuestro conocimiento y experiencia a las diócesis que carecen de medios y recursos, pero que tienen mucho para enseñar. La manera de vivir de los indígenas, su modo de vestir, su manera de aplicar justicia, su vida en paz en medio de la violencia de nuestros pueblos es una lección de comunicación para el mundo.
De ahí la importancia que desde nuestras Conferencias Episcopales podamos preguntarnos: ¿Cómo impulsar la comunicación y descubrir la importancia que tiene para la vida de la Iglesia y de nuestros pueblos? ¿De qué manera podemos impulsar el diseño de políticas y estrategias de comunicación que permitan un trabajo articulado? ¿Cómo ayudar a comprender en nuestros contextos regionales, la transversalidad de la comunicación? ¿Cómo ayudar a las diferentes comisiones y colaboradores inmediatos de nuestras Conferencias Episcopales a que vivan el dinamismo de la comunicación? ¿Cómo vincular y asumir la comunicación unida a la misión?
Todo lo anterior comporta para el secretario ejecutivo del CELAM sacar el concepto mismo de las oficinas de comunicación, que no significa anular o eliminar las oficinas sino darle la importancia a la comunicación que ella debe tener como algo esencial y no accidental en la pastoral eclesial. Ir más allá de lo mediático, tecnológico y de una oficina exige una conversión pastoral que nos ayude a comprender la comunicación como un proceso de construcción de relaciones.
Fuente: DECOS CELAM
Ciudad de México, 22 de Marzo, 2011