El 22 de enero de 1904, luego de constatar la conversión de su madre, Laurita falleció santamente. A 107 años de su muerte, la Fundación Laura Vicuña invita a toda la comunidad a celebrar su Pascua en su Santuario, ubicado en Avda. El Cerro 5279, Renca (Cerro Colorado).
Programa de Actividades
16:00 hrs.: Exposición al Santísimo y encuentro de oración.
19:00 hrs.: Fiesta de término de las Colonias Urbanas Salesianas “Laura Vicuña”
19:30 hrs.: Eucaristía presidida por Mons. Ricardo Ezzati
Laura Vicuña, una niña que encontró a Jesús
(artículo elaborado por el Depto. de Comunicaciones de la Fundación Laura Vicuña y publicado en Revista Servicio, n.º 300, noviembre de 2010)
Nació en Santiago de Chile el día 5 de abril de 1891, hija de José Domingo Vicuña y Mercedes Pino. Comienza desde muy niña un camino de sufrimiento que tendrá culminación en Junín de los Andes a los trece años.
Laura se desarrolló en un contexto familiar marcado por la violencia intrafamiliar, por la desaparición o abandono por parte de su padre, por las opciones de vida de su madre, por el sentido de responsabilidad que tuvo con su hermana. Fue emigrante. Aún en su lecho de muerte, su cabeza nunca se apoyó en algo propio. Pero gracias a la formación de las Hijas de María Auxiliadora, encontró en el internado el apoyo, que le ayudó a descubrir su gran vocación y amor a Jesús.
Sufrió con todo rigor esta prueba porque se consideró de hecho y de derecho siempre inserta en su realidad familiar; porque no desertó de su responsabilidad, superando ampliamente las expectativas propias de su edad. Ni aún en los peores momentos, en que ella misma estuvo en peligro, por imprudencia de su madre, su conciencia filial no se debilitó.
Laura escribió: “Quiero, Jesús mío, amarte y servirte durante toda mi vida; por eso te ofrezco toda mi alma, mi corazón y todo mi ser. Quiero morir antes que ofenderte con el pecado; y por eso quiero apartarme de todo lo que pueda separarme de Ti. Prometo hacer de mi parte cuanto sé y puedo, aun con grandes sacrificios, para que Tú seas siempre más conocido y amado, y para reparar las ofensas que todos los días te infieren los hombres que no te aman, especialmente las que recibes de los míos”.
Ante la realidad de tantas familias destrozadas y de tantos hijos que quieren tomar su propio camino, “hacer su vida” evadiéndose de su realidad y desligándose de todo compromiso, Laura representa el momento de la fidelidad y la responsabilidad. En particular, sintió que podía y debía luchar, y ofrecer a Dios Padre su vida por su madre.
Actualmente existe la Fundación que lleva su nombre, cuya misión es “Hacer presente a la sociedad chilena, con estilo Salesiano, el mensaje de santidad de Laura Vicuña, una niña que encontró a Jesús” y “Cuidar la dignidad y derechos de los niños y niñas, como hijos e hijas de Dios, desarrollando la red de Programas y Proyectos, residenciales y comunitarios de atención a lo largo del país”. Laura Vicuña fue una niña chilena que murió a los 13 años y que fue Beatificada en 1988 por S.S. Juan Pablo II.
La Fundación actualmente trabaja con más de 1.400 niñas, niños, jóvenes y mujeres, en situación de vulnerabilidad en todo el país, a quienes les brinda acogida, contención, cuidado, alimentos, abrigo, apoyo social, psicológico y afecto.
La Fundación ha sido capaz de realizar esta hermosa tarea, gracias al espíritu solidario de muchos socios y personas que han arraigado en su vida la tarea de ayudar a superar la pobreza y aumentar una cultura de solidaridad, decidiendo colaborar a través de un aporte mensual en su cuenta telefónica, cuenta corriente y otros medios.
Más información:
www.fundacionlauravicuna.cl
Fuente: Prensa CECh