Al mismo tiempo, pidió que toda la fuerza de la sociedad chilena se encamine a resolver los problemas que hoy se viven en las cárceles.
La primera celebración y actividad pública de Monseñor Ricardo Ezzati, luego de haber asumido como nuevo Arzobispo de Santiago, fue presidir la Santa Misa en la ex Penitenciaría de la capital, hasta donde llegó antes de las diez de la mañana de este domingo 16 de enero, mientras en las afueras del recinto esperaban cientos de familiares realizar la tradicional visita dominical.
“He querido que esta eucaristía fuera un signo concreto de lo que Dios cuanto los quiere, y de cuanto Él quiere tenderles a cada uno de ustedes su mano”, dijo a los internos al inicio de la eucaristía, la que se celebró en el gimnasio del establecimiento que alberga a más de siete mil reclusos.
El fervor y la emoción estuvieron presentes durante toda la celebración eucarística, especialmente en la fuerza de los cantos interpretados por un coro formado por los propios internos. Acompañando a los reclusos se encontraban el Director Nacional de Gendarmería, Luis Macferrer; el subdirector operativo, coronel Jaime Concha; la directora regional, coronel Soraya Bilbao; el Alcaide subrogante, Oscar Sanhueza.; y numerosos agentes pastorales, hombres y mujeres, que trabajan en dicha cárcel. La Misa fue concelebrada por el Padre Jaime Nawrath, Capellán Nacional de Gerdarmería; y el P. Marcelo Mancilla, Capellán Metropolitano, entre otros sacerdotes.
Palabra de Esperanza
En su homilía, Monseñor Ezatti reflexionó sobre el Evangelio del día y sobre la realidad que viven las personas privadas de libertad en nuestro país, a quienes llamó a tener esperanza y a hacer de este momento de dolor una oportunidad para profundizar su fe en Dios. “Nunca en la vida lo que nos sucede, aunque sean las cosas más desagradables, nunca suceden inútilmente. En el corazón de cada persona hay un resorte de bien, de futuro, de esperanza. Este es un don muy grande Dios para cada uno de nosotros”, señaló.
“Yo les vengo a anunciar en el día de hoy, en esta primera visita pastoral como Arzobispo de nuestra ciudad, esta buena noticia: Jesús, el enviado del Padre, es aquel que viene para tocar nuestra vida, para decirnos que para Dios todos somos importantes, para decirnos que Dios tiene un corazón grande y misericordioso y que todos estamos necesitados del perdón y de la misericordia de Dios”, dijo el Arzobispo de Santiago. Y agregó :”Frente al dolor humano, a la situación de cada uno de ustedes, nadie de nosotros está autorizado a tirar la primera piedra, ni ninguna piedra, porque como creyentes, como hombres y mujeres de buena voluntad, estamos llamados a reconocer en cada persona la dignidad con la cual Dios nos ha distinguido. Por eso, vuelvo a decirles que mi primera palabra para todos ustedes, es una palabra de esperanza, una esperanza que tiene en la bondad de Dios, en la misericordia de Dios, el cimiento más sólido”.
Más adelante en su homilía, Monseñor Ezzati llamó a los internos a tener fe en el Señor: “Yo vengo humildemente a decirles que miren al Señor, el único que quita el pecado del mundo, que quita mi pecado y también el pecado de ustedes. Él es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo (…) Jesús no ha venido para condenar al mundo, ha venido para salvarlo. Jesús ha venido para traernos la justicia de Dios Padre que nos hace justo ante los ojos de Dios, a pesar de nuestro pecado. No se cansen de mirarlo a Él, no se cansen de escuchar su voz, no se cansen de seguir día tras día tras sus pasos porque Él es el camino de la salvación”.
Por otra parte, Monseñor Ezzati invitó a los internos a transformar este tiempo de dolor, de la privación de la libertad, en un tiempo favorable, para experimentar en la propia vida la presencia salvadora del Señor y todo el estímulo que ÉL nos ofrece para hacer que nuestra vida sea una maravilla, una gran maravilla. “Siempre es posible que Dios reconstruya en nosotros la maravilla que en algunas ocasiones nosotros echamos a perder con nuestro pecado. ¡Experimenten la acción del Señor a través de su Palabra, a través de la participación de la eucaristía, de la comunión a que están llamados construir entre ustedes, en la solidaridad, y en la ayuda mutua!”.
Al terminar su homilía, el Arzobispo de Santiago recordó en forma especial a las 81 víctimas del incendio de la cárcel de San Miguel, ocurrido el 8 de diciembre pasado, a quienes encomendó a la misericordia de Dios y pidió que toda la fuerza de la sociedad chilena se encamine a resolver los problemas que afligen los centros de detención. “Lo sabemos hay muchos problemas. Junto con los demás obispos hemos hecho presente la necesidad imperiosa de dar a nuestras cárceles esa dignidad que permita que cada persona pueda vivir en dignidad cuando está privado de libertad. Le queremos pedir al Señor que ilumine la mente de nuestros gobernantes para que puedan encontrar las soluciones a estos problemas graves”.
También Monseñor Ezzati pidió orar por las familias de los internos y agradeció la labor que realizan los agentes pastorales en las cárceles y los animó a seguir adelante con esta labor. “Que ustedes sean la mano bondadosa de Dios para socorrer, para consolar. Que sean la sonrisa de Dios que infunde esperanza y que en su trabajo puedan sentir el gozo de ser continuadores del mismo Señor en su tarea de estar cerca de los que sufren”, terminó señalando el Arzobispo de Santiago.
Fuente DOP Santiago - www.iglesiadesantago.cl