En medio de aplausos los fieles de Santiago, congregados masivamente en la Catedral Metropolitana, despidieron al Cardenal Francisco Javier Errázuriz en la Misa de agradecimiento por su labor como Arzobispo de Santiago.
La Eucaristía fue presidida por el actual administrador apostólico de la Arquidiócesis, Cardenal Francisco Javier Errázuriz, y concelebrada por sus obispos auxiliares monseñor Andrés Arteaga, monseñor Cristián Contreras Villarroel y monseñor Fernando Chomali. También lo acompañaron el Nuncio Apostólico, monseñor Giuseppe Pinto; el Cardenal Jorge Medina; y los obispos Juan Luis Ysern, Tomás González, Enrique Troncoso y Patricio Infante, entre otros. También concelebraron todos los vicarios episcopales y más de 300 sacerdotes.
Entre los asistentes destacaban delegaciones de cientos de parroquias de Santiago, de movimientos apostólicos, religiosas y diáconos, además de la familia del Cardenal Errázuriz; y de autoridades como el ministro secretario general de la Presidencia, Cristián Larroulet; el Rector de la Pontificia Universidad Católica, Ignacio Sánchez;; el miembro del Tribunal Constitucional, José Antonio Viera Gallo, el alcalde de Vitacura, Raúl Torrealba y el arzobispo ortodoxo metropolitano, Monseñor Sergio Abad.
Agradecimientos
Al inicio de la eucaristía, el Padre Rodrigo Tupper, vicario de pastoral social y de los trabajadores,
agradeció en nombre de la Iglesia de Santiago a quien fuera su pastor por 12 años. Le agradeció por su inmensa labor pastoral con los jóvenes, promoviendo las vocaciones, la formación de los laicos y la lectura orante de la Palabra de Dios, entre otros tópicos. También agradeció la defensa de la vida como valor supremo, por su promoción de la familia, como también la acogida a quienes no han podido lograrla. “Su amor a la Virgen Santa es una verdadera herencia espiritual y pastoral que deberemos asumir día a día. Ese amor se ha expresado en el Santuario de la Virgen del Carmen en la parroquia del Sagrario, en la animación pastoral en el Santuario de la Virgen Inmaculada del carro San Cristóbal, en la petición al Santo Padre de regalarnos la bella imagen de la Virgen del Carmen Misionera para el Bicentenario y que la V Conferencia fuera en la diócesis de la Virgen Aparecida en Brasil”, manifestó.
“Querido don Francisco Javier, creo haber dicho que lo estamos despidiendo, después de esta presentación creo que me equivoqué, estamos simplemente dando gracias por su fecundo ministerio pastoral 20 años justo de su consagración episcopal”, afirmó el P. Tupper.
Manifestación de Dios
Luego de la proclamación del Evangelio, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz reflexionó sobre el misterio de la Epifanía del Señor. “En los sabios, somos nosotros mismos los que llegamos a Belén. También nosotros, en nuestro tiempo, podemos decir que hemos visto su estrella, la que anunciaba esa impresionante Epifanía, es decir, esa admirable manifestación de Dios, que nos propuso ponernos en camino para llegar al encuentro con Jesús, Dios-con-nosotros, Admirable- Consejero, Príncipe de la Paz”.
Como los sabios de Oriente, somos peregrinos en esta tierra, sostuvo el Cardenal Errázuriz, y debemos poner a disposición de los demás los dones que hemos recibido de la generosidad de Dios. “¿Cuáles son los dones que le ofrecemos día a día a nuestro Señor?”, preguntó “¿Somos generosos con Dios, o somos mezquinos con Él, dejando en sus manos tan sólo algunos tiempos y algunas cosas sobrantes?” El Cardenal subrayó que después del encuentro con Jesús, los sabios regresaron por otro camino. “¿Y cuál es el camino de nuestros pasos? Por nuestra vocación bautismal estamos resueltos a ir siempre al encuentro de Jesús, a ser siempre discípulos suyos”.
Encuentro con Jesús
El Cardenal también recordó los innumerables encuentros con Jesús en las comunidades parroquiales, en las familias, en el compromiso de religiosas, diáconos, laicos y “en tanta gente pobre cuya mirada lo refleja y cuya solidaridad lo glorifica”. Sostuvo: “Sólo puedo partir lleno de gratitud y alegría”.
También agradeció a cada uno de sus colaboradores, a las personas que han rezado por la Iglesia y las vocaciones, como también a todos quienes dan testimonio de su fe en la vida pública. Casi al culminar su plática el Cardenal agradeció “a los queridos Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, a quienes siempre he admirado, con quienes colaboré estrechamente, y de quienes recibí tanta confianza, tanta verdad y tanta paz”. Añadió: “Y gracias al camino que prolongaron y abrieron mis antecesores, a quienes admiré y de quienes tanto recibí, me refiero a todos los Cardenales que Dios le ha regalado a nuestra Patria, igualmente a mis queridos hermanos en el episcopado”.
Finalmente dijo: “Concluyo, consciente de haber recibido gracia tras gracias de Dios nuestro Padre. A Él le pido perdón, como también a ustedes, por tantas deficiencias, omisiones y pecados, convencido de que Él es Padre del Perdón y la Misericordia”.
Ofrendas y regalos
La procesión de las ofrendas fue encabezada por el Cristo que presidió la Primera Junta de Gobierno y que también presidió la ceremonia de Purificación de la Memoria, con motivo del Jubileo del 2000. Luego se presentaron: el trabajo de catequesis que realiza el Instituto Pastoral Apóstol Santiago; la Vicaría del Maipo, la pastoral vocacional, Misión País, los movimientos apostólicos, la pastoral hospitalaria, la Vicaría General de Pastoral y la Misión Continental. Para concluir este momento el cantor Francisco Astorga entonó un Canto a lo Divino.
Al concluir la Eucaristía, el Padre Cristián Precht, Vicario General de Pastoral, junto al Padre Miguel Hoban, Vicario de la Zona Sur, hicieron entrega de un bajorrelieve con las imágenes del tríptico de Aparecida confeccionado en la Chiquitanía, Bolivia. Por su parte, Paz Escárate y Nibaldo Pérez, del Departamento de Opinión Pública, le regalaron un álbum con fotos con los momentos más importantes de estos 12 años como Arzobispo de Santiago.
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Texto completo de las palabras del padre Rodrigo Tupper A.
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Texto completo de la homilía del Cardenal Errázuriz
Fuente: DOP Santiago - www.iglesiadesantiago.cl