Monseñor Ezzati se despidió de la zona del carbón con la reapertura de la parroquia de Lota Alto
Monseñor Ezzati se despidió de la zona del carbón con la reapertura de la parroquia de Lota Alto

Con una profunda reflexión sobre la trascendencia y el sentido de la familia para el mundo, en el contexto de celebración de la fiesta de la Sagrada Familia, en la Iglesia Católica, Monseñor Ricardo Ezzati bendijo la parroquia de San Matías Apóstol, en Lota Alto, que fue recuperada de los graves daños que sufrió para el terremoto del 27 de febrero.

Fue también la ocasión para que el Pastor agradeciera y se despidiera de la comunidad de la zona del Carbón, en su misión pastoral en la Arquidiócesis de la Santísima Concepción.

El rito de bendición del templo se inició con una procesión desde la casa de oración “La gruta”, ubicada a pocos metros del templo. Tras subir las escalinatas hasta las puertas de la parroquia, Monseñor Ezzati golpeó con su báculo, diciendo: “Ábranse las puertas…” , continuar con la celebración de la Eucaristía. Concelebraron la Eucaristía el Obispo Auxiliar, Mons. Pedro Ossandón y los párrocos del Decanato.

“¡Cómo no dar gracias a Dios, que no sólo nos ha conservado en vida, sino que ha hecho surgir la esperanza en el corazón de todos y ha hecho surgir también, sentimientos de profunda solidaridad de la comunidad cristiana! Agradecemos a Dios y especialmente a aquellas personas, instrumentos de la Providencia del Señor, para regalarnos justamente en Navidad este templo renovado”, señaló, destacando el aporte entregado por don Carlos Cousiño y la comunidad de Lota.

En esta celebración, Monseñor agradeció el cariño y la cercanía manifestada en sus casi 4 años de servicio episcopal, en esta diócesis. “Cuando tomé posesión de esta Arquidiócesis le dije al Señor que quería entregar mi vida entera al servicio de este pueblo que me confiaba. Era y sigue siendo mi anhelo. El Señor me ha invitado a echar las redes en la realidad de la Arquidiócesis de Santiago y con no sin miedo, pero con mucha confianza, le he dicho al Señor que echaré las redes donde Él me envíe”, expresó, pidiendo la oración de los fieles para “seguir sirviendo con humildad, sencillez y cercanía”.

Monseñor Ezzati dedicó un espacio importante de su homilía a reflexionar sobre la familia. Subrayó que “Dios es familia, es Padre es Hijo y es Espíritu de Amor”. Enfatizó que Dios ha querido también que en la historia humana, se viva el gozo de la comunión que se manifiesta “en el amor sincero y profundo del esposo y de la esposa de formar un sólo cuerpo, una sola realidad, unidos por el amor, amor que es tan grande, que en algunos casos supera los límites de los dos, tres, cuatro y más hijos”, agregando que “los hijos son fruto del amor infinito de un hombre y una mujer”.

Recordó aspectos de la Sagrada Familia, en que José y María fueron constructores del santuario de vida y amor para Jesús. “Si miramos la realidad de la familia de hoy, nos encontramos, sin embargo, con una familia que enfrenta graves problemas. Incluso en la sociedad que se cree súper desarrollada, ha pensado que la familia puede ser cualquiera otra cosa, distinta al proyecto de Dios. Cuánto sufrimiento hay en tantas familias. Vale la pena preguntarse ¿por qué tanto dolor? ¿Por qué tanto sufrimiento? en algo que es maravilloso y que todo el mundo sueña como la plenitud de la realización de la propia vida”.

Sostuvo que muchas causas de este problema dependen de la debilidad humana que necesita de “la comprensión, de la ayuda de la mano tendida, porque es tremendamente doloroso vivir un proyecto de vida que no se resuelve bien. Pero también hay motivos de carácter humano, de carácter social, de carácter político que intervienen en esta cruz”.

Planteó la importancia de preguntarse ¿qué valor objetivo tiene la familia en las políticas públicas? “¿Cuánto espacio hay para que las nuevas familias puedan encontrar un hogar, un trabajo y una educación digna? ¿Qué educación les damos a nuestros jóvenes? ¿Una educación de calidad que realmente no pretenda sólo alcanzar un puntaje más en las pruebas? ¿Cuánto espacio le damos a los valores fundamentales en la educación de los jóvenes, para que de verdad lleguen a ser felices? Las causas no sólo están afuera ¿Qué espacio le damos al diálogo? ¿Qué espacio le damos a la reconciliación? Sin duda, las crisis de nuestra familia no dependen sólo de nosotros, sino dependen muchas veces de problemas estructurales y ahí tienen todo el derecho de clamar que la sociedad organizada tenga y ponga en la familia, una prioridad de todas las políticas, sean vecinales, comunales, nacionales”.

Finalmente, llamó a los católicos a dar testimonio de la hermosa tarea de ser familia. “Como católicos estamos llamados a esforzarnos, incluso en medio de las dificultades objetivas que podemos encontrar, en medio del dolor, que nos provoca el haber tenido la situación de una familia dividida, de una familia donde hay muchos problemas. Hay que construir familias que sean reflejos de la Trinidad, que sean reflejo de la Sagrada Familia”, concluyó.

Testimonios

El Pbro. Jorge Araya, párroco de San Matías, estaba muy contento por la belleza que mostraba el templo. Dijo que los trabajos demoraron 8 meses y que gracias al apoyo de algunas personas se había logrado el objetivo.

Don Carlos Cousiño fue el principal donante para conseguir la concreción del proyecto. “Estoy emocionado, porque fue una ceremonia muy emotiva, ya que el pueblo de la zona agradeció a Monseñor Ezzati. Recuerdo haber estado poco después del terremoto y me imaginé que el templo era difícil recuperarlo, pero veo que está hermoso. Como familia seguimos muy cercanos a esta zona y tratamos de ayudar lo que más podemos”, comentó.

Alex Acuña, del equipo técnico para la recuperación de los templos en la Arquidiócesis, se mostró contento por la forma en que se trabajó y se logró esta recuperación. Estimó que se invirtieron alrededor de 180 millones de pesos. Recordó que el edificio tenía daños anteriores al terremoto, pero se consultaron tres opiniones distintas de ingenieros y arquitectos, concluyendo que el templo era recuperable.

Fuente: Comunicaciones Concepción
Concepción, 26 de Diciembre, 2010
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