Al inicio de la Eucaristía, Monseñor cogió la figura del Niño Jesús desde el altar y levántala en sus manos a toda la comunidad presente, la llevó hasta el pesebre que está en un costado, para depositarla en el lugar que estaba vacío. A continuación la contempló en silencio y tras un gesto de agradecimiento, continuó la acción eucarística.
En su homilía, el Pastor reflexionó sobre el misterio del amor de Dios, señalando que pese a nuestra pobreza espiritual y nuestro pecado, Dios nos ofrece su inmenso amor gratuito y nos acoge. Dijo que es como un padre que se agacha para besar la mejilla del niño pequeño.
Por otro lado, Monseñor reflexionó respecto a cómo Dios expresa su amor y nos enseña su vida plena y de gozo, imitando a Jesús. “Nos enseña cómo su amor asume la pequeñez de nuestra propia vida”, haciendo notar que su Madre María no fue una reina o princesa, sino una humilde mujer y su protector, José, no fue un potentado de la época, sino un sencillo carpintero y quienes se acercaron a reconocer al Hijo de Dios, no fueron potentados o soberbios intelectuales, sino humildes pastores que le ofrecieron lo poco que tenían. Por lo mismo, invitó a imitar a Jesús, viviendo las Bienaventuranzas del Reino. “La Navidad nos enseña que el camino para acercarnos a Dios no es un camino de cosas extraordinarias, sino el camino de la vida diaria”.
Finalmente, Monseñor Ezzati se refirió a que estamos llamados aprender a ser un don para los demás. “Cómo ser don de los papás para sus hijos, no sólo regalándole cosas, sino regalando su propia vida; no regalando sólo lo que le sobra del tiempo, o algunos juguetes o instrumentos electrónicos que parecieran llenar naturalmente la vida de nuestros niños. Qué importante es que nuestros hijos aprendan del Niño Jesús a convertirse en don para los demás. Qué bueno es para nuestra sociedad que se aprenda a vivir como un don, quienes nos gobiernan, siendo don para todos los ciudadanos y no buscando el poder o la supremacía de sus propias ideas; quienes tienen la tarea de dar trabajo como un don para sus trabajadores, de tal manera de buscar la espiritualidad del don y del compartir”, afirmó, planteando que la sociedad sería muy distinta si la “cultura del don” animara las acciones diarias. “¡Cuánta más solidaridad habría entre nosotros si aprendiéramos a vivir en la cultura del don!”, enfatizó.
Monseñor Ezzati presidió al mediodía de este sábado la Misa de Navidad, con gran presencia de fieles.
Fuente: Comunicaciones Concepción