La hermana, quien llegó a la comunidad de Iquique hace un año y medio, dijo que después de profesar trabajó en dicho lugar 14 años seguidos, específicamente, en la sección proceso, luego de haber sido enviada a San Felipe regresó como superiora en dos periodos, es decir “era alcaide del COF”.
Confiesa que “esos 21 años para mí, fueron de mucho valor. Llegué con mucho susto, tenía miedo de trabajar en la cárcel, porque la gente tiene la percepción de que en la cárcel, todo el mundo es malo, y no es así. Para mi fueron años de crecimiento, a madurar y a comprender mucho más la vida. Para mí ha sido experiencia muy rica del amor de Dios”.
También dijo que muchas de las personas que están en la cárcel, son víctimas de las circunstancias, y “a tantas sus mismo padres les enseñan a robar y si no llegan con plata a la casa, las castigan, y eso les provoca que esté aquello internalizado en ellas”. Sin embargo, agregó la hermana, “entre ellas, yo les reconozco un gran sentido de la solidaridad, porque si una tiene zapatos malos para ir al Juzgado, la otra le dice: yo te presto los míos, entonces los pasa y entonces la otra se va del juzgado a su casa y se los lleva. Eso es dar lo que se tiene, y sin rezongo, ofreciéndolos, sin importar perderlos”.
“Todos esos años que estuve con esas mujeres, aprendí a comprender más a la gente y a los pobres, y cómo ellos nos dan ejemplo de mucha bondad, comprensión y cuando aman a Dios, lo aman de verdad. Fue muy, muy bonito trabajar con ellas”.
Explicó la religiosa que “nuestra congregación se hizo cargo de las cáceles femeninas de gran parte de Chile; desde Iquique hasta Temuco, en 1864 y el 31 de mayo de 1996, inició la entrega de estos centros a Gendarmería de Chile. Este proceso en el norte, se realizó en la década de los 80, mientras que la última cárcel en ser entregada fue la de Valparaíso, en el año 2000”.
La hermana Matilde, hija de Flora y Abel, nació en Medellín Colombia. Es la séptima de 12 hermanos, cuatro mujeres y ocho hombres. Ingresó a la congregación del Buen Pastor a los 28 años de edad y profesó tres años más tarde.
En 1961 llegó a la Casa Correccional, como se llamaba antes el Centro de orientación Femenina, en Lira, y luego fue trasladado al paradero 7 de Vicuña Mackenna en el año 1962.
Fuente: Comunicaciones Iquique