Cuasimodistas llevan el Cuerpo de Cristo a los enfermos
Este domingo:
Cuasimodistas llevan el Cuerpo de Cristo a los enfermos

Con la motivación especial del Año de la Eucaristía, miles de cuasimodistas repetirán este fin de semana la tradición centenaria, única en el mundo, de acompañar a los ministros que llevan la comunión y la Alegría Pascual a los enfermos.

Son un centenar y medio las agrupaciones de cuasimodistas que se aprestan a participar en la tradicional fiesta de Cuasimodo, que la Iglesia Católica celebra este domingo.

Cuasimodo es una expresión de religiosidad popular característica de la zona central de Chile que data de la época de la Colonia, el domingo siguiente a la Pascua de Resurrección. Se trata de una celebración única en el mundo católico y fue definida por el Papa Juan Pablo II como un "verdadero tesoro del pueblo de Dios" (La Serena, 5 de abril de 1987).

La palabra Cuasimodo procede del latín Quasi modo, que significa “Al modo de”, y corresponde a las primeras palabras de la antífona de entrada de la Misa de ese domingo (Segundo domingo de Pascua) Quasi modo géniti infantes: “Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche pura del espíritu, para que por medio de ella crezcan y tengan Salvación, ya que han gustado la bondad del Señor” (1 Pe 2, 2-3).

Ese día la Iglesia, en un ambiente de gozo, sale a recorrer calles y caminos para llevar la comunión a los hogares donde se encuentran los enfermos que no pudieron recibir a Cristo Resucitado en la Santa Eucaristía.

El celebrante lleva el Santísimo con las hostias consagradas. Le acompañan los cuasimodistas a caballo, en coches, carretelas, bicicletas y vehículos, en una acción conjunta de servicio y solidaridad al que sufre y está enfermo. En varios lugares además van acompañados de grupos musicales que interpretan cantos religiosos y melodías del folclor chileno.


Tradición arraigada en el campo

La fiesta de Cuasimodo se ha constituido y ganado un lugar destacado en la Pastoral de la Iglesia como una gran celebración religiosa popular y de tradición nacional. Es un gran día para el encuentro con las raíces de nuestra tierra, especialmente para los campesinos rurales, como también para aquellos que han sido “transplantados” a las ciudades y que desean reencontrarse con sus orígenes.

Para el día que se celebra o se “corre Cuasimodo”, las distintas asociaciones de cuasimodistas, a lo largo de todo el país, se preparan con meses de anticipación, con fe, cariño y esfuerzo, poniendo en condiciones sus cabalgaduras, aperos, trajes, adornando las carretas, coches, colosos, carretones, bicicletas y vehículos motorizados.

En Talagante, la actividad se iniciará con una Misa que presidirá el Nuncio Apostólico de Su Santidad, Mons. Aldo Cavalli. En esa localidad se distribuye la Comunión en 125 lugares, entre residencias, hogares de anciandos y hospitales.

En la arquidiócesis de Santiago la tradición también se sigue en Curacaví, Lo Barnechea, Batuco, Maipú, Renca, Pudahuel, Lampa, Huechuraba, San José de Maipo, Colina, Cerro Navia y Tiltil, entre otras localidades. En esta última el domingo 10 por primera vez los cuasimodistas recorrerán Montenegro y Rungue.

En otras diócesis de la región central se realizan también cuasimodos en San Bernardo, Malloco, Peñaflor, Padre Hurtado, Lonquén, Isla de Maipo, El Prado, San Antonio de Naltahue, La Islita, Paine, Alto Jahuel, Linderos, Pichilemu, Los Andes, Santa María, Casablanca, el Cerro Mariposa de Valparaíso y Reñaca Alto.


Historia del Cuasimodo

El Concilio de Trento, celebrado por la Iglesia Católica entre 1545 y 1563, estableció la obligación de comulgar en Pascua de Resurrección o al menos una vez al año. De acuerdo a este precepto, que también se extendió a América, comenzó la costumbre en los sacerdotes de llevar la comunión a los enfermos que no podían asistir a la Iglesia, servicio que en la actualidad ha llegado a ser parte importante de la pastoral de los enfermos, verdadero tesoro de la Iglesia.

También en Chile los párrocos, sobre todo en las zonas rurales, comenzaron a llevar a Jesús Eucaristía a los enfermos. Pero al desplazarse por los campos, las grandes distancias a recorrer y la necesidad de hacerlo en el menor tiempo posible, se vieron en la necesidad de buscar entre los feligreses a algunos voluntarios que los acompañaran, por lo significativo de su misión. Así partió la tradición de que los sacerdotes fueran escoltados por huasos a caballo, mientras ellos viajaban en coche con el Santísimo. La fiesta de Cuasimodo ha contribuido a que las cabalgaduras, aperos, vestimentas y carruajes de esas primeras épocas sigan siendo usados hasta la actualidad.

Se estima que esta forma de expresión de fe popular es una herencia colonial, aunque no existen crónicas de esos años durante los albores de la República aparecen algunos registros del Cuasimodo.

En 1974, el sacerdote español Domingo del Álamo peregrinó a Maipú con un grupo de cuasimodistas. Tomó contacto con el rector del Santuario nacional, Padre Raúl Feres y el equipo pastoral del Templo Votivo, y se comenzó a gestar la idea de organizar a los huasos y ciclistas que mantenían viva esta antigua fiesta de religiosidad popular. En 1975 se realizó la primera peregrinación al Templo Votivo de Maipú con la asistencia de cinco cuasimodos de la región Metropolitana y otros grupos de otras zonas cercanas.

En la actualidad, desde Arica a Coyhaique se estiman en más de cien mil los cuasimodistas, agrupados en aproximadamente 150 cuasimodos, que acompañan a Cristo Resucitado a los hogares de los enfermos.


Símbolos de Cuasimodo

Algunos de los elementos que usan los cuasimodistas en esta celebración son el pañuelo en la cabeza, que reemplaza al sombrero en señal de respeto, y la esclavina, tomada de la vestimenta sacerdotal, que sustituye al poncho, en señal que se reviste para un servicio a la Iglesia. Ambas prendas son normalmente de color blanco con ribetes amarillos con grabaciones de la cruz, hostia, cáliz, y otras imágenes religiosas.

También llevan durante el recorrido la Cruz que preside la procesión; el Palio para dignificar al Santísimo lo mismo que al sacerdote que lo lleva; las banderas de Chile y la Santa Sede; los estandartes de los diferentes Cuasimodos; y la campana, para proclamar y anunciar la llegada y paso del Santísimo. Se usan los colores papales y nacionales.

Habitualmente, en la eucaristía con que concluye esta rica costumbre religiosa, los huasos también presentan, en los dones del Ofertorio, productos de nuestra tierra.


Actividades de la Asociación Nacional de Cuasimodistas

La Asociación nacional de Cuasimodistas es una entidad con personalidad jurídica canónica, sin fines de lucro y cuya misión es animar la vida y misión de sus miembros como testigos de Cristo que visita a los enfermos y anuncia la Salvación. Otro objetivo de la Asociación es dar testimonio público de su vida y misión según la tradición del cuasimodo; que consiste en acompañar a los Obispos, sacerdotes, religiosos, religiosas, diáconos o ministros de comunión, que llevan a Cristo Resucitado y Sacramentado a los enfermos que lo solicitan.

Entre otras actividades, la Asociación Nacional de cuasimodistas realiza reuniones mensuales con los delegados, en los diferentes recintos de las parroquias donde existe un Cuasimodo. También se forman en Catequesis y Liturgia, visitan diferentes Cuasimodos durante el año, y organizan peregrinaciones a los Santuarios de Maipú, de Santa Teresa de Los Andes, del Padre Alberto Hurtado y de Laurita Vicuña, entre otros. Una vez al año se congregan en el encuentro Nacional de Cuasimodistas, que dura tres días.


Oración del Cuasimodo

Santo, Santo, Santo, Señor Dios del Universo,
con amor y respeto te adoramos
en el cuerpo y la sangre de tu Hijo Jesús
nuestro hermano, presente en el pan y el vino.
Ofrenda de nuestros campos y fruto del trabajo del hombre.
Tu Hijo queremos llevar a los enfermos y necesitados
porque Tu eres Señor el Dios de los humildes,
el Dios de Abel el campesino,
de Moisés el pastor,
de José el carpintero,
de María nuestra Madre.
Ayúdanos a respetarnos como hermanos;
que hagamos realidad tú Reino de justicia, paz y fraternidad.
El cielo estén llenos de la majestad de tu gloria.
La alegría y el amor siempre son tu compañía
y compartirlo es nuestro regalo y misión.
Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu Santo.



Fuente: Prensa CECH
Santiago, 30 de Marzo, 2005

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