La acción se inició en las inmediaciones del Hogar de Cristo, en la plazoleta que lleva el nombre del santo y contó con la presencia de sacerdotes, religiosas y seminaristas y la participación activa de la Pastoral Juvenil y la Pastoral Social de la Iglesia.
En el momento del envío, el capellán del Hogar de Cristo, padre Julio Stragier, resaltó el significado que la caminata comenzara a los pies de la estatua de San Alberto Hurtado, quien señalara un sendero y camino de solidaridad en Chile, que se extiende, con su obra, desde Arica a Porvenir. “Nosotros vamos a recorrer un pequeño tramo y queremos ser sol y guía de los demás” y llamó a que “con la práctica solidaria tenemos que ser sol, ser vida, ser primavera. Fíjense cómo brota la primavera, como los cerezos que están floreciendo así tenemos que ser nosotros. Hay que hacer brotar la vida en los demás”, citando el ejemplo del Hogar de Cristo, donde se recibe con dignidad a los más pobres de los pobres,y para que tengan opción a una vida mejor.
El padre Julio dijo que la misión no es sólo acoger con amor y dignidad, sino salir a todo Chile y ojalá al mundo entero, “para sembrar y ser vida para quienes están sumidos en la pobreza”, agregando que al Hogar de Cristo llegan personas pobres de todos lugares.
Monseñor Ezzati alabó el compromiso de jóvenes y adultos y recalcó que todos están llamados a sembrar todos los días una semilla. “Nos podrán decir que somos locos, porque sembramos tantas semillas, pero llegará el día en que esa semilla se transformará en hermosas flores. Esta semilla es el gesto de solidaridad, gesto de fraternidad que tenemos que sembrar en la vida”, afirmó con entusiasmo.
Manifestó que la solidaridad permite que los pobres puedan crecer en dignidad y fraternidad, para que participen de “una gran mesa donde todos se pueden sentar. Quiero invitarlos a ser sembradores de bondad, ser de semillas de solidaridad, sembradores de esperanza nueva que haga de Concepción y de Chile una región y un país de hermanos. Tengan fe y esperanza; sean sembradores de cosas bellas y sean transformadores de nuestra sociedad. Sean un signo profético para toda nuestra ciudad en su peregrinar”, concluyó.
La caminata se desarrolló por las calles por calle Serrano hasta Angol, Carrera, Aníbal Pinto hasta llegar a la plaza Independencia y concluir en el atrio de la catedral. Durante el trayecto hubo tres estaciones y signos enmarcados en el lema “Una acción vale más que mil palabras”. La caminata finalizó con un programa artístico, con la participación del conjunto musical Sonido Apocalipsis y una intervención teatral. Hubo también oración y reflexión, a cargo de los presbíteros José Cartes y Nino San Martín.
Fuente: Comunicaciones Concepción