Cardenal Errázuriz celebró Eucaristía en el día del Apóstol Santiago
Cardenal Errázuriz celebró Eucaristía en el día del Apóstol Santiago

Ofreciendo la Misa por las víctimas del terremoto y maremoto e invocando la protección del Apóstol se celebró al patrono de la ciudad el domingo 25 de julio en la Catedral Metropolitana.

La Eucaristía fue concelebrada por Monseñor Andrés Arteaga, Obispo Auxiliar de Santiago; Monseñor Fernando Chomali, Obispo Auxiliar de Santiago; Monseñor Juan de la Cruz Suárez, deán de la Catedral y Monseñor Héctor Gallardo, miembro del Cabildo Metropolitano. En la misa participaron vicarios episcopales, sacerdotes y diáconos. Entre los fervorosos fieles presentes se encontraba el Ministro Secretario General de la Presidencia, Cristián Larroulet.

Al principio de la Eucaristía por el patrono de la capital, Monseñor Fernando Chomali, Obispo Auxiliar de Santiago, fue el encargado de ofrecer la celebración por “el dolor de tantos compatriotas que perdieron sus familiares y amigos el día del terremoto”; también el “de los que están sin trabajo, de los que han perdido la esperanza”. Encargó a la protección del apóstol las celebraciones del Bicentenario patrio, “que este sea un tiempo de unidad, un tiempo de paz, un tiempo en que nos reconocemos como hermanos”. Continuó: “Te pedimos para que intercedas ante Dios Padre para que inunde nuestros corazones de su amor y de su perdón, para que así podamos nosotros amar más y personar más”.

En su homilía, el Cardenal Francisco Javier Errázuriz Arzobispo de Santiago, comenzó apelando el carácter solidario del apóstol. “Un sucesor de los apóstoles, es decir, de aquellos que con Santiago fueron llamados por Jesucristo para acoger y transmitir el Evangelio, Monseñor Fernando Chomali, nos ha interpretado a todos, dirigiéndole la palabra a nuestro santo patrono, el Apóstol Santiago, en el contexto de la solidaridad con los más afligidos después del terremoto y el maremoto del 27 de febrero recién pasado. Le habló en el contexto de esa solidaridad que muchos esperan, y de la solidaridad que surgió espontánea y generosamente, y que queremos prolongar mediante el hermanamiento de nuestras parroquias con las comunidades parroquiales que más han sufrido. Esta circunstancia nos invita a meditar en la solidaridad del Apóstol Santiago, y en la nuestra, siguiendo sus pasos”.

Añadió que el patrono de la capital “condujo su barca hasta la de Pedro para ayudarlo. Esa prontitud con que se apresuró a socorrer a los otros pescadores, distinguió la solidaridad de Santiago; esta vez en la abundancia de la pesca, en la fecundidad del trabajo, y en el gozo y la gratitud de haber sido abundantemente bendecidos por Jesucristo. Comenzó su camino solidario junto a Jesucristo ese mismo día, cuando el Señor lo llamó y le dio una misión. No le puso objeción alguna. No necesitó tiempo alguno para despedirse de sus amigos ni de su madre; tampoco para vender sus aparejos para la pesca. Cuando Cristo lo invitó a ser pescador de hombres se fue tras Él, dejándolo todo, también a su padre en la barca (Mc 1, 20)”.

Invitación a la fraternidad

Interpelando a los asistentes el Arzobispo señaló: “También a nuestra barca se acercó el Señor. Por algo estamos aquí, celebrando la fiesta de uno de sus apóstoles. Al igual que Santiago, la invitación a seguirlo y a ser solidarios con Él la recibimos en más de una oportunidad. Seguramente nos asombra que se haya fijado en nosotros. Más todavía, al darnos cuenta de nuestras limitaciones y pecados, y del hecho que Él nos llame a la santidad”.

El ejemplo del Apóstol Santiago fue destacado por el Arzobispo para trazar caminos de discipulado y de fraternidad. Dijo: “Reflexionemos en las muestras de amor y cercanía que hemos recibido de Jesús: en aquellas que nos han beneficiado personalmente, y en aquellas que nos han conmovido por beneficiar a nuestras familias y comunidades, como también a nuestra patria. Son signos de su amor, que suscitan nuestro amor. Son signos de la solidaridad hacia nosotros que nos ofreció ya en la hora del bautismo, y que caracterizan su fidelidad y su plan de amor. Esta mañana nos invitan a seguir el ejemplo del Apóstol, y a responderle a Cristo con nuestra solidaridad, sobre todo cuando quiere que todos sean invitados a la mesa de su amor y nadie sea excluido de ella, ni de la dignidad que Él les ha otorgado, aún a los más afligidos de la sociedad, por carecer de pan, de techo o de respeto y libertad”.

Prosiguió: “Acudamos a esta admirable solidaridad de Santiago apóstol con los buscadores, los agradecidos y los necesitados de este mundo. También nosotros, discípulos y misioneros del mismo Señor de Santiago, seamos capaces de despertar, hasta en quienes no creen en Dios, la sed de recorrer el camino de Santiago, que terminará conduciéndolos a Aquél que es el Camino, la Verdad y la Vida”.

Finalmente indicó que, “sabiendo que hay muchos chilenos que aún sufren después del terremoto y del maremoto que los azotó, recibamos el aliento del Apóstol Solidario con Cristo y con quienes lo veneran, aportando como él mucha ayuda, apoyo y esperanza, como amigos de los necesitados y de quienes buscan. Hagámoslo con el espíritu de servicio que le enseñó su Maestro, que es nuestro Maestro y Señor”.

Al término de la Eucaristía el Cardenal Francisco Javier Errázuriz impartió una bendición especial a los fieles presentes. Posteriormente, un grupo de baile y música integrado por jóvenes de la comunidad española residente en Chile, rindió tributo al apóstol Santiago, frente a su altar, al sonido de gaitas y bailes típicos.

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Fuente: DOP www.iglesiadesantiago.cl
Santiago, 25 de Julio, 2010
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