Una muy grata y emotiva acogida vivió el Cardenal Tarcisio Bertone, sdb, Secretario de Estado de su S. S. Benedicto XVI, en su visita a la zona de Concepción y Talcahuano, donde se reunió con jóvenes y pobladores, que le manifestaron su aprecio con presentes y hasta un esquinazo.
Dentro de las actividades del programa preparado, el Cardenal Bertone se reunió con la comunidad del Colegio Salesiano de Concepción, a los pies del monumento de San Juan Bosco, en la plazoleta que lleva su nombre. Allí fue recibido por los sones de una banda escolar salesiana de Linares, a cuyos integrantes saludó al arribar, con gestos de director, moviendo por algunos segundos armónicamente sus manos.
Luego de un saludo que hizo el rector del Colegio, padre Juan Ibáñez, y la posterior entrega de simbólicos presentes, el Cardenal agradeció, señalando: “muchas gracias por la acogida festiva, que me brindan en este lugar tan simbólico, donde miles de antiguos alumnos de don Bosco han querido plasmar su cariño por el santo fundador y su gratitud por la educación recibida de los Salesianos. El hermoso grupo escultor que nos acoge, representa a San Juan Bosco acompañado por dos jóvenes, a los cuales pareciera indicar como al primer salesiano chileno, don Camilo Ortúzar Montt, la senda que conduce a hacer de estos ciudadanos, buenos cristianos”.
“Les traigo el afecto y bendición del Santo Padre. En Magallanes, Punta Arenas, pude observar la tierra soñada por don Bosco y admirar la obra cultural y evangelizadora realizada por sus hijos, en esas frías tierras australes. Hoy, en Concepción siento la emoción de encontrarme en esta ciudad, que hace 123 años, recibió a los primeros salesianos que pisaron tierra chilena, después de haber atravesado con no pocas aventuras, la cordillera de Los Andes, desde entonces cuántos chilenos se han quedado con don Bosco para continuar la misión que el Señor y la Auxiliadora le habían encomendado y cuántos jóvenes se transformaron en personas de bien y constructores de responsabilidad activa, de una cultura fraterna y solidaria, fundada en el evangelio del Señor, que ha marcado la historia de Chile”.
Concluyó sus palabras manifestando que “al inicio del milenio ustedes tienen la bendición de ser los continuadores de esa corriente de cultura y de desarrollo que hunde sus raíces en el evangelio del Señor. Acérquense a Jesús, abran el corazón a su palabra de vida, descubran la fuerza transformadora de su amistad y construyan sobre Él roca inconmovible, el proyecto de una vida bella, generosa y solidaria y no sobre propuestas efímeras, mentirosa, hábilmente presentadas por falsos profetas. Sean los jóvenes sabios, alegres, y comprometidos que Concepción y la región necesitan para alcanzar la civilización del amor”.
Posteriormente, y en la última actividad de su visita, el Cardenal Bertone, acompañado del Nuncio Apostólico y del Arzobispo de Concepción, monseñor Ricardo Ezzati y su Obispo Auxiliar, monseñor Pedro Ossandón, llegó a la población Gaete y Libertad para bendecir una capilla y una imagen de la Virgen de la Paz e inaugurar el centro comunitario San Damián de Molokai, donde el promotor del proyecto, padre Mario Soto, ss. cc, lo recibió expresando que la población del lugar está conformada por gente sencilla y de esfuerzos y se refirió a la tarea de la Iglesia en este lugar. “La Iglesia se destaca por educar valores cristianos y cívicos, canalización de ayuda a los más necesitados, lo que se ha acentuado en este tiempo de catástrofe y que forma parte de nuestra vida, fundada en la Doctrina Social de la Iglesia. Somos una población que aspira, en el Bicentenario, a un mayor desarrollo para el país, pero existen bolsones de pobreza y sectores muy postergados. Muchas veces somos calificados como delincuentes, pero es la impresión del que mira desde fuera; el que se acerca y nos conoce, verá que aquí la vida es más difícil y para salir adelante hay que tener mucho esfuerzo y ser resiliente, porque cargamos con un sector de la población muy dañada con malas costumbres, víctimas de la droga, empleo degradante y el subempleo”, expuso.
Comentó que el nuevo templo y el centro comunitario San Damián es una manera de comenzar a vivir una nueva esperanza. “El templo nos ayudará a celebrar la presencia misericordiosa del Señor entre nosotros y el centro San Damián será el espacio de la capacitación laboral, del servicio de Internet gratuito para la población, especialmente para los escolares que llegan a hacer sus tareas. Esta obra ha sido fruto de esfuerzos de años; la comunidad puso su sueño: tener su templo, puso trabajo y creatividad; puso gestión para conseguir ayuda a la Iglesia diocesana, a instituciones y a las empresas. Hubo perseverancia, ya que no faltaron los problemas. El anhelo es aprender lo vivido, aprender a perdonarnos y con la ayuda el Señor a seguir sus pasos como discípulos misioneros”, concluyó.
Luego del rito de bendición, el Cardenal Bertone entregó su mensaje, manifestando que “estas piedras materiales, estas estructuras visibles son signos luminosos que animan a todos a edificar continuamente las metas personales, familiares y sociales sobre Cristo, el único que puede salvar. En esta hermosa tarea nos les faltará el auxilio del Señor y de la Virgen. Esta capilla y el centro que inauguramos son frutos de grandes esfuerzos, estas obras han ido creciendo con la solidaridad y fraternidad de muchos y mi deseo es también que ustedes sigan creciendo en la fe y en la esperanza y en la caridad, en el seguimiento de Cristo, nuestro Maestro, imitándolo en todo momento y pasando por el mundo como Él ha sido, haciendo el bien y consolando a los afligidos”.
“Quisiera transmitir la cercanía y la fraterna solidaridad de Benedicto XVI, que llegue a todos el afecto del Papa que reza por ustedes, así como por los fallecidos y heridos a causa de tan terrible catástrofe. Pido bendición a Dios a todos los que han hecho posible, con su valiosa colaboración, estas espléndidas obras. La divina providencia ha permitido que la inauguración del centro social san Damián de Molokai y la bendición de esta capilla, adquiera una nueva dimensión como si fuera una exhortación a tener una vida rica en amor para reconstruir todo lo que ha sido construido”, señaló, pidiendo mantenerse siempre unidos a la Virgen María, modelo de entrega al Señor Jesús. “Y que San Damián de Molokai, ejemplo vivo de amor a Dios y a los hermanos, sobre todo a los afligidos, interceda siempre por ustedes y les alcance del Señor abundantes y copiosas bendiciones”.
Tras recibir algunos signos, el Cardenal obsequió una medalla de S. S Benedicto XVI al párroco Miguel Almeida y también al padre Mario Soto. Al despedirse con aplausos, un grupo folklórico lo saludó con un esquinazo y brindó además dos cuecas, que incluso animó al Cardenal a seguir el compás de la música de acordeón y guitarras con sus manos, en tanto, acogió con sus brazos a un niño que estaba deseoso de saludarlo. La gente le gritó “¡Viva el Papa! ¡Viva la Iglesia!”.
Fuente: Comunicaciones Concepción