En un ambiente de profundo fervor y participación, el cardenal Arzobispo de Santiago, Monseñor Francisco Javier Errázuriz presidió la Misa Crismal en un templo Catedral repleto de fieles laicos y sacerdotes. La eucaristía fue concelebrada por el Nuncio Apostólico en Chile, Monseñor Giuseppe Pinto; el Arzobispo Emérito de Concepción, Monseñor Antonio Moreno; los Obispos Auxiliares de Santiago: Monseñor Cristián Contreras Villarroel, Monseñor Andrés Arteaga y Monseñor Fernando Chomali. También concelebraron la totalidad de los vicarios episcopales, los canónigos de la catedral y más de 350 sacerdotes.
Por otra parte, cientos de fieles de parroquias, colegios católicos, movimientos apostólicos y de comunidades de base acompañaron a los sacerdotes en el día en que renuevan sus promesas.
La misión de Jesucristo
En su homilía (
audio), el Cardenal Francisco Javier Errázuriz reflexionó sobre las lecturas bíblicas de este día, dijo que “Jesús está sobrecogido por la presencia y la acción del Espíritu Santo en su vida, que lo está guiando en estos primeros pasos del cumplimiento público de su misión”, que “ahora es una misión universal”.
Aseguró que Jesús no habló sólo a los hijos de Israel. “Él viene a llevar la buena noticia a los pobres, a todos los pobres. El viene a sanar la ceguera de aquellos que no ven, de cualquier pueblo raza o tiempo. Viene a liberar a los oprimidos, sea cual sea la opresión a la que está sometidos; sea cual sea el pueblo, país o una institución en la cual ellos estén, aun si fuera el caso de la misma Iglesia, pero él viene a terminar con la opresión y a liberarnos. Y, al mismo tiempo viene a liberar a aquellos que están cautivos, esclavos de tantas realidades tan distintas, ellos mismos se hacen cautivos a sí mismos haciéndose esclavos de determinadas cosas de este mundo o son cautivos por el poder de otros. Jesucristo viene a ellos”.
El Cardenal Errázuriz enfatizó en que “Jesucristo nos quiere abrir las puertas del cielo, que nosotros podamos realmente vivir conforme a nuestra dignidad, que ya en este mundo vivamos como hermanos, fundamentalmente iguales y poseyendo aquellos bienes que Dios mismo quiso entregarnos ya en el tiempo de la creación”.
Por otra parte, motivó a los jóvenes a discernir una eventual vocación sacerdotal. “¡Cómo no querer ser sacerdote par hacer presente a Jesucristo en este mundo tan necesitado, en el cual hay tantos oprimidos, tantos pobres, tantos ciegos, tanta gente que está cautiva”.
Que la solidaridad se prolongue en el tiempo
En otra parte de su homilía, destacó la iniciativa de hermanar parroquias, movimientos y colegios con sus similares en la zona afectada por el terremoto, para llevar la presencia de Jesucristo a los damnificados, tanto con bienes materiales como con una cercanía espiritual de acompañamiento y apoyo. Pidió que esta ayuda “no sea pasajera”, sino que “se prolongue durante el tiempo de la necesidad, que va a ser largo. Que haya esa fraternidad verdadera, esa caridad verdadera, la que se expresa en las sobras. Que eso ocurra”.
Terminada la homilía, todos los sacerdotes presentes renovaron ante el Arzobispo sus promesas sacerdotales de “configurarse íntimamente más con el Señor Jesús”, de renunciar a sí mismos por “la fiel observancia del celibato y por la obediencia al Obispo”. También renovaron su promesa de ser “fieles dispensadores de los misterios de Dios (…) llevados solamente por el amor a los hombres”.
Luego, el Cardenal bendijo el óleo y el crisma que se usarán durante el año en la administración de los sacramentos en todas las parroquias de la arquidiócesis.
Reflexión sobre la identidad sacerdotal
Previo a la Misa Crismal, los sacerdotes se reunieron en la iglesia de Las Agustinas, para tener una hora “de oración, de reflexión desde nuestro ministerio pastoral frente a los acontecimientos que estamos viviendo en Chile”, dijo el encargado del Departamento del Clero, Padre Julio Dutilh. En esta hora, los presbíteros y obispos reflexionaron en torno a temas expuestos por el Vicario para la Familia, Padre Marco Burzawa, quien invitó a mirar a Cristo, que viene a sanar las heridas; del Vicario de la Esperanza Joven, Padre Galo Fernández, quien se refirió a la dimensión social del ministerio sacerdotal, y del rector el Seminario Pontificio, Monseñor Fernando Ramos.
Monseñor Fernando Ramos señaló que “es urgente y fundamental que nosotros los presbíteros una y otra vez podamos mirarnos y reflexionar acerca de nuestra propia identidad, sobre lo que el Señor ha puesto en nuestras manos, de lo que la Iglesia nos ha encomendado con tanto celo. Dejémonos interpelar por la Escritura, por la auténtica palabra de Dios para que oriente nuestra reflexión”.
Por último, en esta oportunidad, los sacerdotes hicieron una colecta ente ellos para solidarizar con sus hermanos presbíteros más damnificados en la zona afectada por el terremoto.
-
Audio de la homilía
[img]http://www.iglesia.cl/breves_new/fotos/20100401_misacrismal_02.jpg[/img]
Fuente DOP www.iglesiadesantiago.cl