En la Catedral de Pamplona y con chilenos y españoles asistiendo, el arzobispo de Pamplona, Monseñor Francisco Pérez González, desatacó que Dios es Padre de todos, que no quiere el mal para nadie menos para los pobres; dijo que lo que acontece en la tierra es debido a fenómenos naturales porque Dios no quiere castigar a los seres humanos, el mal que nos ataca nos hace darnos cuenta de que somos unos seres limitados y criaturas dependientes sólo de la voluntad y bondad de Dios-Padre, expresó. También dijo: “podemos reaccionar con sorpresa, nos podemos preguntar por qué ha sucedido sin saber la respuesta. Dios no da respuestas al dolor por que El es la respuesta, El ha venido a llenar todo el dolor. Por eso, debemos pasar a la esperanza”.
La eucaristía concelebrada por una decena de sacerdotes, varios de ellos chilenos, contó con la asistencia de Javier Caballero, consejero del interior del Gobierno Foral, representantes del Ayuntamiento de Pamplona, chilenos afincados en la comunidad y navarros que quisieron acompañar en el dolor.
En la ocasión se pidió por el pueblo de Chile, por sus gobernantes y por los gobernantes de todos los países, para que todas las personas tengan mucha paz en sus corazones y esperanza en que vienen días mejores, que tengan fuerza y esperanza en el Señor. Se oró para que la solidaridad entre pueblos y países siempre esté presente. Para que las familias permanezcan unidas y se apoyen mutuamente. Por los navarros en Chile y sus familiares en Navarra, que sientan el apoyo de sus semejantes.
Unos niños, a su vez, rezaron por los pequeños que están sufriendo esta tragedia, desearon que encuentren a sus padres y familiares, que tengan la protección que se merecen, que no les falte el cariño, la compañía, el agua y la comida, que no sientan miedo, que no se sientan solos porque Dios siempre está con nosotros.
En las ofrendas se puso en las manos del Arzobispo una bandera chilena como signo de entrega del país a Dios.
"En esta celebración queremos unirnos más y más desde la fe. Dios está junto a nosotros con su mensaje de esperanza y consuelo. Cristo nos acompaña en nuestro caminar doloroso y nos abre los ojos para descubrir el misterio de la vida, vida que renace desde la muerte", indicó Myriam Reyes, chilena radicada en Pamplona. "A nuestros compatriotas les llamó Dios inesperadamente, en la oscuridad de la noche y en el sueño más profundo, produciendo un terrible dolor en sus familiares, amigos y en todo el país". Agregó: "Pero la vida no termina, la vida se cambia por otra más rica y en paz perpetua. Lo nuestro es creer, confiar, esperar. Dios nunca falla".
Fuente: Myriam Reyes Catalán (chilena-navarra en Pamplona)
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