Durante el fin de semana –06 y 07 de marzo—, nuestra Iglesia Diocesana ha recibido ayuda desde Cáritas, de particulares e instituciones, y de las personas y comunidades de las parroquias de la Diócesis, la que se ha distribuido en las zonas más afectadas de la Región del Maule.
Se ha llevado alimentos, carpas y nylon a los sectores más desbastados de la ciudad de Talca, canalizados por las Parroquias Corazón de María, Santa Ana, Inmaculada Concepción, San Agustín, San Luis, La Merced, Santa Teresita y Barrio Seminario. Jóvenes voluntarios han descargado decenas de camiones que han llegado a la ciudad, para que desde los centros de acopio salgan diversos vehículos con la ayuda a las personas necesitadas.
En la Zona Talca Rural se ha enviado ayuda a todas las parroquias, entregando más de 4 mil 500 canastas familiares y 2 mil 500 kilos de vienesas Ariztía, ayuda que se distribuye con las comunidades y equipos de solidaridad y juventud de las parroquias. Así, se ha llegado a socorrer pueblos, lugares y villorrios de Pencahue, Gualleco y Corinto, San Rafael, Pelarco, Bajos de Lircay, Maule y Duao, Colín y San Clemente.
En la Zona Costa se ha derivado la ayuda a las zonas de Licantén, Hualañé, Vichuquén y Curepto, donde los párrocos y los equipos de solidaridad y juventud han visitado y socorrido a cientos de familias damnificadas por el terremoto. Se espera durante toda la semana enviar a otros sectores rurales y de la zona costa.
Celebración de la Eucaristía
La vida de la Iglesia Diocesana se ha volcado al socorro de las víctimas del sismo, intensificando la solidaridad y la oración; en efecto, en las todas las parroquias se celebraron las Eucaristías dominicales programadas, las que en muchos lugares se realizaron al aire libre, en plazas y calles, con gran participación y fervor de los fieles.
El Obispo Diocesano, Monseñor Horacio Valenzuela A., recorrió la costa, visitando Hualañé, Licantén, Iloca, Duao y Lipimávida, celebrando la Eucaristía en esas localidades que han sido prácticamente devastadas; el Pastor almorzó junto a la comisión enviada por Cáritas de Alemania en un comedor solidario.
Muchos templos parroquiales y casas de los sacerdotes, han sufrido inmensos daños en sus techumbres y estructuras, ya el domingo comenzó la comisión de revisión de daños creada por el Obispo Diocesano a visitar templos y casas religiosas.
Debido a los daños estructurales que sufrió el Templo Catedral de Talca, la comunidad celebró la Eucaristía en la Plaza de Armas. En la homilía el Padre Mario Molina, Vicario General de la Diócesis y párroco de la parroquia El Sagrario, recordó lo frágil que es la vida frente a lo experimentado en el terremoto: “frente a todo esto que cambia, que es pasajero, que se desvanece, vemos que el Señor es definitivo y eterno”.
El Vicario comentó que San Pablo dice esto a los Romanos: ‘¿para qué vivimos? para el Señor, en la vida y en la muerte somos del Señor’, así que estas circunstancias nos hacen ponernos en el espíritu cuaresmal y preguntarnos qué es lo más importante de mi vida, cuáles son las acciones definitivas para mí, qué cuenta puedo dar a Dios de mi vida”, manifestó.
En las celebraciones dominicales del domingo 07 de marzo se animó mucho a las personas, se fortaleció la esperanza, la solidaridad y la comunión que se ha manifestado con mucha fuerza en estos días. Esta semana será, sin duda, un tiempo de compartir y de retomar paulatinamente las actividades, confiados en el Señor Jesús, el dueño de nuestras vidas.
Fuente: Comunicaciones Talca
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