Obispo de Iquique invitó a buscar tres caminos en el tiempo Cuaresmal: Justicia, Misericordia y Compartir
En la Catedral Inmaculada Concepción, con mucha solemnidad y la emoción propia del momento tan significativo, los fieles recibieron dicho signo de manos del Obispo de Iquique, el Vicario General, padre Guillermo Fajardo y el Diácono Permanente Hugo Iriarte.
Durante la celebración, el Pastor también aseguró que al responder en la noche Pascual, que sí queremos seguir creyendo en el Señor, “ese sí, no solamente tiene que ser un sí desde nosotros mismos, no solamente con el sí de la costumbre, sino y ante todo con el sí del corazón. Por eso que el camino de la cuaresma, es un camino que nos lleva hacia lo profundo, hacia el interior de nosotros”.
La cuaresma es un tiempo “para mirar con Dios, para revisarnos con Dios, para armarnos, para rearmarnos y para reestructurar la vida con Dios. No tendría sentido este tiempo si no es con Él. Por eso el Evangelio muestra, en los ejemplos que coloca, que las cosas más grandes, que nuestra identidad y la relación con el Padre, no se resuelve en la mirada de nosotros ni en lo que los otros puedan decir de nosotros, sino en lo que el Señor pueda decir de nosotros; allí se resuelve la vida”.
En esta oportunidad que se nos regala para buscar, durante 40 días, “un cambio personal real y vivo en la sencillez, en la pobreza y en la humildad de los pequeños actos. No esperes grandes cambios en tu vida si no estás dispuesto a hacer pequeñas transformaciones diarias en tu existencia”.
Así mismo, y a la luz de la Palabra y de la invitación del papa Benedicto XVI para esta cuaresma, “quisiera que pudiéramos buscar tres caminos que nos llevan al interior de nosotros y también a tomar decisiones que nos van cambiando la vida. El primer camino, la invitación del Santo Padre para esta cuaresma: el camino de la justicia. ¿En qué consiste este camino? Se trata de no solamente dar a cada uno lo que le corresponde, sino dar eso que le corresponde a cada uno, pero no con tu criterio, no con los criterios de los hombres sino con criterio de Dios”, señaló.
También explicó que cuando se aplica el criterio del Señor a la justicia, “esta tiene otra perspectiva: se hace mucho más profunda y radical, y se aplican las palabras del Evangelio que estaremos oyendo durante todo el año y en la cuaresma: no hagas a nadie lo que no quieres que hagan contigo. Entonces no abuses de los demás, no te aproveches de la generosidad de los otros, se justo y lo que tienes que pagar, págalo. No te vuelvas mezquino, haciendo siempre triquiñuelas para salir con lo tuyo, comparte sinceramente lo que tienes y actúa desde la generosidad de Dios. Se fiel en lo que haces, responsable en tus deberes y eficiente en tu trabajo, compórtate como se comporta un discípulo”.
Frente a esta aplicación del criterio de Dios en la justicia, aseguró el Obispo de Iquique, que los problemas sociales, la pobreza, la marginalidad y las situaciones medios ambientales, no son solamente problemas de los que les interesa la política sino también de los cristianos “un cristiano tiene que actuar allí, con los criterios de Jesús ¡que importante que en este año del bicentenario, los chilenos y chilenas, pudiéramos caminar por los criterios de la justicia de Dios!, que nos hace estar más pendientes y más responsablemente de los otros y de la creación para nunca abusar de los demás”.
El segundo camino que ofrece la cuaresma para arreglar la casa, afirmó monseñor Órdenes, es la búsqueda de la misericordia “porque la misericordia es el corazón mismo de Dios. El Señor nos invita a todos a tener sus mismas entrañas, sus mismos modos de preocupación, y a estar mirando con sus ojos y ¿qué es lo que mira Dios?, Él mira siempre con predilección al que está sufriendo, mira con una delicadeza mayor al que está carente de algo. No solo da lo que tiene, sino que Él mismo se da en lo que tiene. Esto es la misericordia. Y en los días de cuaresma lo leeremos del profeta que grita: misericordia quiero. La misericordia de Dios, es lo que el Señor quiere de nosotros”.
También dijo que cuando invita el Señor a actuar con misericordia, nos llama a que la misericordia se traduzca en actitudes de acogida, de respeto y de cercanía. “Actuar con misericordia nos exige no quedarse indiferentes frente al otro, sino que abrazarlo como Dios nos abraza a cada uno de nosotros”.
Ligado absolutamente a la justicia y la misericordia, se encuentra el Tercer camino de búsqueda a nuestro interior en este tiempo cuaresmal: el compartir, “que lo podemos traducir como el partir juntos algo que a ambos nos pertenece. Entonces la misericordia se hace efectiva cuando yo comparto lo que tengo, y no solamente lo que sobra, sino lo que verdaderamente quiero y soy capaz de compartir con el otro, cueste lo que cueste. Desde ahí la campaña de cuaresma de fraternidad de la Iglesia chilena”.
Esta campaña de Cuaresma de Fraternidad, la cual hasta el año pasado fue dirigida a los niños y niñas menores de seis años de edad en situación de vulnerabilidad y hoy está pensada en los jóvenes en dichas condiciones, “no es colocar en las cajitas lo que te sobra, sino que verdaderamente aquello que, yo pudiendo utilizar legítimamente en algo, me niego a mi mismo y lo comparto”, enfatizó el Obispo de Iquique.
Finalmente aseguró que “no seremos nunca solidarios verdaderamente, hasta que no experimentemos la negación de nosotros mismos, y cuando se experimenta la negación, cuando el compartir nos empieza a doler, siguiendo la frase del padre hurtado, cuando tú sientas que estás dando algo te duele, entonces estas entrando recién en el camino de una autentica y en una solidaridad cristiana”.
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Fuente: Comunicaciones Iquique