La eucaristía, a la que asistido el embajador de Haití, Roland Augustin, fue convocada por la Comunidad Haitiana residente; el Servicio Jesuita Migratorio; el Instituto Católico Chileno de Migración, INCAMI; la fundación América Solidaria y la Vicaría de la Esperanza Joven, del Arzobispado de Santiago.

Antes de comenzar la liturgia Big Joseph habló a nombre de sus compatriotas en Chile para “dar las gracias por acompañarnos en nuestro dolor y con nuestras esperanzas hoy. Agradezco a todas las personas que nos ayudaron para tener esta misa, especialmente a la fundación América Solidaria y a todos los que están apoyando la reconstrucción de nuestro país, especialmente al gobierno chileno”.

“No estamos solos”
Big Joseph, que vive en Chile desde hace tres años, expresó el “profundo dolor” que les afecta. “Nuestro luto es por cada haitiano, niños, jóvenes, ancianos, que murieron o sufren en estos días, pero, al mismo tiempo, quiero compartir la esperanza y la alegría de no sabernos solos, de saber que hay tantas persona a quienes el dolor no les es indiferente y que es posible seguir adelante con nuestras vidas, tanto en Haití como en Chile. Reitero mi gratitud a todos ustedes por apoyar la reconstrucción de Haití y agradecer a cada chileno que dedica su tiempo y esfuerzo para trabajar solidariamente durante esta catástrofe. Queridos compatriotas, les deseo muchas bendiciones, fuerza y ánimo para seguir adelante”.

Dios está de parte de las víctimas
El Padre Galo Fernández, Vicario de la Esperanza Joven, recordó en su homilía que en Chile sabemos lo que es un terremoto, pero que en el caso de Haití, se ha tratado de uno “mucho más grave, fuerte y doloso, con consecuencias devastadoras”. Aseguró que “hoy estamos impactados por el dolor y nos con mueve que un país que ha luchado tanto por salir de condiciones de pobreza y de sufrimiento, que parecía que iba dando cada vez más pasos para constituirse en una nación más justa, se ha sacudido por este nuevo sismo”. Añadió el vicario que “Dios, nuestro Señor, está de parte de las víctimas, unido a los que sufren, a los que mueren y a los que él quiere unirse en su muerte. Dios, en la persona de Jesús, está de parte de los que luchan por salir adelante”.

El Padre Galo Fernández señaló que “hoy contemplamos al Señor impulsando desde el Espíritu una corriente fecunda de solidaridad, una corriente de compromiso con el pueblo de Haití”.

Más adelante en su homilía, el Vicario de la Esperanza Joven dijo que Haití “necesita un compromiso fiel, estable, para ayudarlo no sólo a recuperar lo mucho que ha perdido, sino un compromiso fuerte de todos los países para ayudarlo a sobreponerse a tantas historias dolorosas”.

Durante la oración de los fieles, diversos haitianos residentes pidieron por sus familias, por su país, por los fallecidos y los miles de damnificados en su patria. Terminada la misa, algunas de cuyas partes se proclamaron en francés, entonaron con mucha emoción y fuerza el Himno Nacional de Haití.

Gratitud por apoyo chileno
El embajador del país caribeño en Chile, Roland Augustin, señaló al final de la liturgia que “fue una misa muy linda” y destacó el llamado a la solidaridad hecha por el Padre Galo Fernández, “porque necesitamos la ayuda de Chile, cuyo gobierno tiene una muy buena disposición y ha reaccionado muy positivamente. Siempre Chile ha sido un defensor de Haití en el campo internacional. Yo tengo que agradecer al pueblo y al gobierno chilenos por su apoyo, su ayuda y la determinación de ayudar a Haití”.

En Santiago hay alrededor de 600 haitianos, distribuidos especialmente en las comunas de Quilicura, Estación Central, Maipú, San Bernardo y Puente Alto.

Fuente DOP www.iglesiadesantiago.cl