A la jornada asistieron más de 150 sacerdotes desde Arica a Punta Arenas y se realizó en el contexto del Año Sacerdotal, contándose con la presencia del padre Fidel Oñoro, del Centro Bíblico para América Latina (CEBIPAL), quien impartió la formación en torno a San Pablo.

En la misa de clausura, en su homilía monseñor Lizama hizo un llamado a tomar como ejemplo las virtudes del Santo Cura de Ars. “Estamos celebrando la misa del Santo Cura de Ars, patrono de los sacerdotes – dijo – y quisiera destacar algunas de sus tantas virtudes, que para nosotros son tan necesarias. En primer lugar, quisiera destacar al hombre solidario. Él era muy querido entre sus hermanos sacerdotes. En ese tiempo no habían medios de transporte como hoy, y él caminaba mucho para ir a ver a sus hermanos sacerdotes; todos le pedían, cuando salían de vacaciones o estaban enfermos, que los apoyara y lo hacía con mucha disposición. Qué importante es la solidaridad entre nosotros hermanos sacerdotes. Tenemos que ser solidarios con todo el mundo, pero de una manera preferente entre nosotros, para que cada uno pueda contar con los otros. Es tan grande la tarea, que necesitamos ser solidarios”.

Luego se refirió al espíritu creador y de trabajo del Santo Cura de Ars. “Otra de las virtudes es el trabajo realizado por el Cura de Ars cuando recibió una parroquia abandonada. Él entregó una parroquia distinta en lo material, pero especialmente en lo espiritual, donde la oración, el respeto y la vida religiosa toman una gran fuerza. Así tiene que ser nuestro trabajo cada vez con mayor inventiva. Hay que tener esa pasión del Cura de Ars. Él visitó una a una las familias de su pueblo para enseñarles el evangelio y motivarlas a que acudieran a la parroquia. Nosotros ¿cómo podemos crear cosas nuevas para atraer y comunicar? Tenemos medios distintos para evangelizar. Tenemos que mejorar nuestro trabajo pastoral; dar un paso adelante como lo hizo el Santo Cura de Ars. Nosotros usemos nuevos métodos y nuevas formas para dar a conocer al Señor. Les pedimos a todos para que recen por nosotros y nunca nos pongamos rutinarios en el trabajo pastoral, sino siempre creando con la fuerza del Espíritu Santo”, subrayó.

Finalmente, monseñor Lizama recordó como otra virtud la vida de pobreza y sobriedad que vivió el Santo Cura de Ars. “Quisiera invitarlos a ser siempre hombres sobrios y sepamos administrar las cosas que se colocan a nuestra disposición para mejor servir al evangelio y no para nuestro uso personal. Vivamos siempre el ejemplo de Jesús, que vivió pobre y murió pobre y tuvo que ser sepultado en una tumba prestada. Que esto sea un buen estímulo y una fuerza para poder dar testimonio en el mundo”, enfatizó, agregando que “estas tres virtudes, de muchas otras que tenía el Santo Cura de Ars, sea un regalo antes de partir a nuestros lugares de origen”.

Fuente: Comunicaciones Concepción