Con el fin de apoyar la labor que está realizando Caritas India y Caritas Sri Lanka, este domingo 9 de enero en parroquias del país se realizará una colecta especial destinada a solidarizar con las víctimas del maremoto producido en el sudeste asiático el domingo 26 de diciembre pasado. Los recursos que se reúnan se deben depositar en la cuenta corriente Nº 000-00117-01 del Banco de Chile, a nombre de Caritas Chile. Los depósitos se pueden efectuar en cualquier sucursal de este banco o en las oficinas de Servipag.

Los fondos recaudados ayudarán la labor de los voluntarios de Caritas en la zona, los que trabajan coordinadamente con otros organismos internacionales. Entre las necesidades más urgentes se encuentra la falta de agua potable, la escasez de alimentos, insumos médicos, abrigo y herramientas de construcción.

Los recursos que se obtengan serán canalizados a través de Caritas Internacional, organismo que reúne a 162 organizaciones, entre ellas Caritas Chile desde el año 1956. Caritas Internacional organiza la ayuda humanitaria de la Iglesia Católica en todo el mundo. Goza de personalidad de Derecho Canónico y sus oficinas centrales se ubican en el Vaticano. Diferentes Caritas de todo el mundo, especialmente Europa y de América del Norte, ya iniciaron acciones solidarias para ir en ayuda de los víctimas en Asia.

Solidaridad con sacerdote Arul Dhas y su familia y comunidad
Para ayudar al sacerdote Arul Dhas, cuya familia y comunidad resultaron damnificados a raíz del maremoto en el sudeste asiático, existen dos posibilidades: depositar los aporte en la cuenta del Banco de Chile Nº 000-02426-00, a nombre del Arzobispado de Santiago; o asistir a la Comida Solidaria (adhesión $2.000) que se realizará este martes 4 de enero, a las 20:30 horas, en la Parroquia donde ejerce su ministerio, El Buen Pastor (Av. José Pedro Alessandri 2138, comuna de Macul. Teléfono 2720214).

El domingo 26 de diciembre, el Padre Arul recibió una llamada de su hermano menor en la que le contaba el desastre de su pueblo a raíz del tsunami que destruyó la costa de 7 países, incluyendo el sur de la India, donde vive toda la familia del Padre Arul. La primera reacción fue de incredulidad. “No podía creerlo, pensé que estaba soñando”, dice con dolor. Agrega, “jamás había enfrentado algo semejante en mi propia carne, en mi propia familia…Llegando allá voy a saber mejor la dimensión de la catástrofe”.

Su pueblo, Kanyakumari, ubicado en el estado de Tamil Nadu, es una localidad costera, en la que el 60% de sus habitantes se dedica a la pesca. Los niños estaban jugando en la playa con los regalos que recibieron en Navidad cuando llegaron las olas gigantes. Los seis hermanos de Arul, sus doce sobrinos y su padre de 83 años alcanzaron a escapar del maremoto; una tía y dos primas no pudieron hacerlo y murieron en ese instante.

El padre del sacerdote todavía está en shock por la situación. Hace algunos días hablaron por teléfono y le pidió que viajara para que “compartiera y cargara con ellos la cruz que el Señor les quiso regalar”, cuenta emocionado. Así lo hará este 6 de enero con la idea de llevar algo de dinero para mitigar el dolor de sus compatriotas. El Padre Arul cuenta que las personas que no murieron, se quedaron sin casa, sin pertenencias y sin herramientas para trabajar. También el brote de enfermedades es una situación crítica en los lugares azotados por la tragedia. A su regreso, programada para fines de enero, dará a conocer las necesidades más apremiantes de los habitantes del lugar.

Está convencido que los chilenos son solidarios, así se lo han hecho saber sus amigos de distintas parroquias que ya le han ofrecido ayuda económica para el regreso, pero toda ayuda será insuficiente ante la magnitud del desastre..

En Santiago, a miles de kilómetros de distancia, han sido diversos los sentimientos del Padre Arul en los días posteriores a la tragedia: primero, la impotencia de escuchar el llanto de su familia y no poder hacer nada por ellos; posteriormente, el apoyo de tantos que por correo electrónico, a través del teléfono y con su presencia lo han acompañado. “Siento un apoyo enorme, siento que tengo amigos sinceros y que puedo contar con ellos”, señala. En este sentido destaca al Cardenal Francisco Javier Errázuriz; a Monseñor Ricardo Ezzati, Obispo Auxiliar de Santiago; al Vicario de la Zona Oriente, Rafael Hernández y a Rodrigo Domínguez, párroco de El Buen Pastor quienes le han ofrecido toda su colaboración en estos momentos difíciles. “La amistad me ha permitido sentir que no estoy solo en esta lucha”, concluye.

¿Quién es?

Padre Arul Dhas Francis, 37 años, vicario parroquial de El Buen Pastor. Fue ordenado sacerdote el 15 de diciembre de 2001 por el Cardenal Francisco Javier Errázuriz en el Santuario de la Inmaculada Concepción en el Paradero 25 de Santa Rosa. Este sacerdote diocesano llegó hace once años a nuestro país como parte de su formación religiosa en la Congregación Orden de la Madre de Dios. Ya en Chile optó por la vocación diocesana y, desde esa fecha, se ha desempeñado en las Parroquias Santa Cristina; Jesús, Señor de la Vida y Los Doce Apóstoles de la Zona Sur. En la Zona Oriente estuvo en la Parroquia Santa Cruz de Mayo y actualmente ejerce su ministerio en El Buen Pastor.